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Raúl Seguí ocupa el sexto lugar en la lista de candidatos a legisladores de Jorge Telerman y no es casual que prometa trabajar por los clubes de barrio: hace años que preside el Club Alvear de Parque Avellaneda, al que define como su “segunda pasión después de la gestión pública”. Allí conoció a Gustavo Beliz en una charla con vecinos de ese barrio y de su mano entró en la política. Desde que decidió abandonar la actividad privada, Seguí ocupó diversos cargos y hoy es gerente administrativo y presidente ad honorem de la Corporación del Sur. Es posible que el próximo 3 de junio consiga una banca en la Legislatura.

–¿Quién es Raúl Seguí?

–Soy contador público y tengo 53 años. Estoy casado y tengo cuatro hijos. Provengo de la actividad privada. En el año 2000 me convocó Gustavo Beliz para ocupar la Dirección Financiero-Contable de la Legislatura. A partir de ahí me apasionó la gestión pública y tuve la suerte de que en 2004 ingresé a la Corporación del Sur. Aparte, soy presidente del Club Alvear de Parque Avellaneda.

–¿Cómo fue el salto de la actividad privada a la política?

–En 1994 Beliz hizo una reunión con vecinos en el Club Alvear. Ahí lo conocí y como técnico empecé a ayudarlo en sus proyectos relacionados sociales y deportivos. Cuando me pidió que pasara a la gestión pública pensé que había llegado el momento y que alguna vez había que aceptarlo.

–¿Cómo veía la política desde afuera antes de conocer a Beliz?

–Siempre medí la política desde la gestión; un buen político es el que gestiona bien.

–¿Y después de siete años cambió de parecer?

–No. Ahora a los políticos los tengo como pares y me doy cuenta quién cumple la tarea para la que fue elegido o designado. Las gestiones de gobierno fallan cuando sus funcionarios no cumplen con sus obligaciones.

–¿Cómo fue que de ingresar a la política de la mano de Beliz terminó ahora en el sexto lugar de la lista de legisladores de Telerman?

–En Nueva Dirigencia conocí a Enrique Rodríguez. El me llevó a la Corporación del Sur. Hoy soy director ad honorem de la Corporación del Sur. Además, fui director general de la Auditoría de la Ciudad. Nos iniciamos en el gobierno de Aníbal Ibarra y hoy nos encontramos en el de Telerman y la verdad es que creo profundamente en su gestión.

–¿Qué análisis hace del proceso que determinó la destitución de Ibarra y su reemplazo por Telerman?

–Soy muy respetuoso de las instituciones. La Legislatura que votó la gente fue la que tomó la decisión de destituir a Ibarra.

–¿Cómo partícipe de ambas gestiones, que evaluación hace de una y otra?

–Las dos fueron buenas, pero la actual es más ejecutiva.

–¿Qué expectativas tiene frente a un eventual regreso a la Legislatura para ocupar ahora una banca y no ya un cargo técnico?

–Después de trabajar en la gestión ejecutiva, veo que falta legislación para proteger a determinados sectores y pienso pelear por eso.

–¿Qué sectores?

–Las pymes, los clubes de barrio, la gente con necesidades especiales. Por ejemplo, en cada obra que licite, el gobierno debe exigir que el 20 por ciento de los trabajadores sean desocupados del barrio en cuestión.

–¿Cómo es el Club Alvear?

–Tiene 14 mil metros cuadrados. La actividad central es el fútbol infantil y juvenil, pero también hay tenis, paddel, tenis de mesa, gimnasia aeróbica. Es un club que tiene alrededor de mil socios. Fui presidente entre 1990 y 1998 y desde 2002 hasta la fecha.

–¿Y qué significa el Club Alvear en la vida de Raúl Seguí?

–Es mi segunda pasión después de la gestión pública. Fue el lugar donde crecieron mis hijos.

–¿Cuál es la situación actual de los clubes de barrio de la ciudad?

–Están muy desprotegidos por parte del Estado, pese a que después del hogar y la escuela son el tercer lugar de contención para los chicos y jóvenes. Tiene que haber leyes que los proteja como instituciones y el Estado debe invertir en los clubes. Desde la Corporación del Sur invertimos bastante en clubes de barrio e hicimos obras en seis o siete.

–¿Con quién se identifica políticamente en el plano nacional?

–El proyecto Kirchner es el que pretendo para mi país.

–¿De qué club es hincha?

–Soy hincha y socio vitalicio de Ferro; todos los sábados voy a la cancha y sufro como loco. Es mi otra debilidad, me crié en Caballito.