EL PAíS › LA BANCA EXTRANJERA SE ENDURECE Y BUSCA UNA MAYOR CONCENTRACION
A matar o morir dentro del corralito
Por Claudio Zlotnik
Las entidades financieras, en especial las de origen extranjero, han asumido una posición muy dura frente al Gobierno. Buscan condicionarle cada paso. No se conforman con haber limitado el acceso a la pesificación a quienes poseían deudas en dólares. Van por más. En concreto, quieren que los depósitos bancarios tengan una quita, y que se emitan bonos de libre circulación para poder utilizar los fondos dentro del corralito. Se resisten a entregar dólares, aunque el límite sea de sólo 500. Respecto de sus activos –las deudas que el público y las empresas tienen con los bancos– reclaman directamente que el Estado se haga cargo de éstos. Y que se flexibilice el corralito para quedarse con el negocio de los bancos locales que, eventualmente, se caigan.
La ofensiva de los bancos extranjeros quedó ayer claramente establecida con una actitud del Scotiabank Quilmes. Richard Waugh, vicepresidente ejecutivo del Bank of Nova Scotia, el conglomerado canadiense dueño del Quilmes, dejó en claro que el grupo se iría de la Argentina en caso de que las medidas del gobierno argentino no compensen la devaluación. Desde Toronto, el banquero fue clarísimo: “El programa (de gobierno) y la compensación financiera deberían venir más temprano que tarde para que nuestra subsidiaria siga en la Argentina”. En declaraciones a la publicación canadiense The Global and Mail, Waugh recalcó que no sólo el Scotiabank analiza irse del país. “Todas las entidades están evaluando la situación de la misma manera”, apuntó.
La semana pasada, el Scotiabank Quilmes desmintió a través de una solicitada que fuera a cerrar sus puertas. Al respecto, el ejecutivo fue dual. Por un lado, dejó abierta la posibilidad de una salida y, por el otro, manifestó la vocación a seguir dialogando con el Gobierno marcando el terreno: “De esa forma, nos aseguramos que nuestro banco y el sistema financiero sean viables y estables. Nuestro objetivo es asegurarnos que eso suceda”.
Hasta ahora, el Gobierno optó por transformar el corralito en corralón, convirtiendo en plazos fijos de largo plazo parte del dinero que estaba en cuentas a la vista e impidiendo la libre movilidad del dinero entre los bancos. Ayer, el equipo económico siguió evaluando la manera en que flexibilizará el corralón. En caso de que no lo hiciese, la economía se resentirá aún más. Aunque el peligro de ablandarlo es que se produzcan quiebras bancarias. Está totalmente descartada la posibilidad de incrementar la cuota de efectivo ya que se teme que ese dinero alimente la compra de dólares y se dispare el tipo de cambio.
En este contexto, el reclamo de los grupos extranjeros se concentran en tres puntos:
u El libre movimiento de fondos entre los depósitos que quedaron atrapados. De esta forma se propiciaría una concentración todavía mayor del sistema financiero. Es decir, repartirse el negocio cada vez en menos manos pensando en cuando la Argentina vuelva a ser rentable. En línea con este argumento, los banqueros ya habrían planteado –en una reunión con Eduardo Duhalde, el último viernes– la fusión de varios bancos públicos.
u Una quita sobre los depósitos y la emisión de bonos. La quita serviría para que los ahorristas sean los que compensen una parte de la devaluación. El Gobierno ya está analizando la emisión de bonos para entregarles a los inversores en plazo fijo. En Economía se continúa analizando si permite o no que haya libre transferencia de dinero entre los distintos bancos. “La flexibilización será muy gradual y vamos a monitorear los resultados día tras día”, dijo a Página/12 un miembro del equipo económico. Al respecto, se aguarda que Jorge Remes Lenicov haga anuncios recién entre mañana y el jueves.
u Estatización de las deudas. Este es el reclamo central de los bancos. Pretenden una salida a la mexicana, donde el Estado se hizo cargo de los depósitos y de las deudas empresarias. De esta manera, las entidadesfinancieras y las empresas quedarían a salvo de quiebras masivas. “Lamentablemente, este proceso terminará en un incremento de la deuda pública”, aventuró un importante ejecutivo de un banco extranjero a este diario.