EL PAíS
Sin sondeos ni asesores
Cuando decidió lanzarse a la carrera presidencial, José Manuel de la Sota contrató los servicios de Duda Mendonça, el publicista brasilero que lo asesoró en la campaña por la gobernación de Córdoba, que aconsejó a Eduardo Duhalde en 1999 y que ahora trabaja para Luiz Inácio Lula da Silva (ver página 6). Además, De la Sota contrató a César Mansilla, que dirige una empresa de marketing y comunicación institucional. El puntano Adolfo Rodríguez Saá, por su parte, trabaja con una serie de encuestadores, entre ellos con la empresa Analogías de la socióloga Analía del Franco.
Un poco por falta de dinero y otro poco por convicción, Elisa Carrió decidió prescindir de los asesores de imagen. Algo similar ocurre con los sondeos de opinión pública: aunque son fundamentales para que los candidatos diseñen sus estrategias y planifiquen sus campañas, en el ARI se han resignado a utilizar los que aparecen en los diarios y aquellos que les acercan gratuitamente algunos encuestadores amigos. “Nos movemos a ciegas”, explican en el entorno de Carrió.
La diputada chaqueña ha hecho una sola excepción: todas las semanas recibe en su departamento a José Nun. Sociólogo y profesor universitario, Nun tiene una vasta trayectoria académica, es el actual director del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín y se ha convertido en el verdadero –y prácticamente único– asesor de Carrió.