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Reacciones al acuerdo con Rico

- Hugo Moyano, titular de la CGT disidente: “Estoy convencido en apoyar a Rodríguez Saá por su plan y su política. Todos dicen cosas, pero nadie pone las propuestas sobre la mesa. En lo que se refiere al aspecto social, hoy Rodríguez Saá es el más identificado con el sector obrero. No me detengo en ver la imagen de Rico: es una persona más que apoya a Rodríguez Saá. Lo más importante es el plan político social que tiene y el panorama para salir del modelo que se viene arrastrando desde Menem, De la Rúa, y Duhalde”.

- Emilio De Ipola, sociólogo: “Mi impresión es que la popularidad de Rodríguez Saá no está basada ni en el brillo ni en la clara definición de sus ideas sino en lo que se considera una `exitosa’ gestión como gobernador durante un largo lapso. Por otra parte, su discurso está por un lado absolutamente abierto a cualquier posición ideológica y por otro carece de la gramática de una ideología. Parece privilegiar personalidades ejecutivas, rápidas en la decisión, sean los que fueren, como conseguir la Obediencia Debida. La provincia de Buenos Aires es un territorio complejo y difícil de administrar en la que Rico ha tenido éxitos electorales. Como no tiene restricciones desde el punto vista ideológico, no tiene problemas. Pero si bien Rico gana votos en su jurisdicción no es un personaje tan simpático a nivel nacional. Así como Rodríguez Saá lo tiene a Rico, Menem ya hizo lo mismo con Patti”.

- Horacio González, sociólogo: “En un pasado próximo que parece tan lejano, los políticos que tenían la idea de construir fórmulas electorales usaban distintas técnicas de collage, complementación y balanceo. Si se era progresista, en todos los casos `faltaba la pata peronista’. Si se era peronista, en algunos casos `faltaba la pata progresista’. Era la teoría `de las patas que faltaban’. En ese museo de iconos en que se había convertido la política argentina, todo se parecía a la idea de ‘cobertura’ que emplean los medios de comunicación. El breve tiempo en que Rodríguez Saá estuvo en la Casa de Gobierno generó la extraña sensación de que se combinaban, no tanto piezas faltantes del póker político sino voces superpuestas y en desconcierto. Rodríguez Saá en campaña debe romper ese ensueño de las voces múltiples. Debe volver a sumar factores, `patas que faltan’. Rico es una. Pero Rico, que fue un coronel que escribió un capítulo dramático y oscuro de la relación de Campo de Mayo con la Casa Rosada, se convirtió en un político de los alrededores de Campo de Mayo, de los alrededores de la Casa Rosada, de los alrededores del peronismo, de los alrededores de su propio drama convertido en comedia, de los alrededores de los vestigios de una política de autoridad y de una economía liberal desarrollista. La idea de sumar patas, forma inerte de la política, encuentra su complemento en ese merodeo por los alrededores. Si hubo aquella ilusión de las voces en la fuente, las patas en los extramuros ahora ponen las cosas en su verdadera proporción”.

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