A la fuerte participación de presidentes latinoamericanos, de a poco se va confirmando la presencia de funcionarios europeos en el acto de traspaso de mando del 10 de diciembre. Ayer se anunció el viaje a Buenos Aires del primer ministro de Francia, François Fillon, quien vendrá junto a la ministra de Economía, Finanzas y Empleo, Christine Lagarde. A todos ellos el kirchnerismo quiere ofrecerles el marco de una plaza repleta, para lo que prometen una movilización al Congreso y a la Plaza de Mayo de cincuenta mil personas, según los cálculos de la Casa Rosada.

Los visitantes latinoamericanos serán muchos. Ya están anotados la chilena Michelle Bachelet, el venezolano Hugo Chávez, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Rafael Correa, el uruguayo Tabaré Vázquez, el colombiano Alvaro Uribe, el paraguayo Nicanor Duarte Frutos, el boliviano Evo Morales y el hondureño José Zelaya Rosales. Hay que recordar que en lo que será su última actividad formal como presidente, Néstor Kirchner firmará junto a la mayoría de ellos la creación del Banco del Sur, el 9 de diciembre.

Estados Unidos se cree que estará representado por el subsecretario de Asuntos Hemisféricos, Tom Shannon, de fluida relación con los Kirchner, pero no había confirmación al respecto. Desde Washington viajarán también dos mujeres que ya se reunieron en ocasiones anteriores con la presidenta electa: la encargada del Consejo de las Américas, Susan Seagal, y la vicepresidenta del Banco Mundial, Pamela Cox.

Néstor y Cristina Kirchner ofrecerán a las delegaciones extranjeras una cena en el Palacio San Martín, en la noche del domingo 9. La asunción está prevista para las 15, en el Congreso. Después de la jura, CFK ofrecerá un discurso de cincuenta minutos, en el que delineará lo que serán sus políticas. Desde allí, la presidenta ya en ejercicio se dirigirá a la Casa Rosada en un vehículo cerrado. El tradicional descapotable hace rato que quedó fuera de uso. En la Casa de Gobierno le tomará juramento a los nuevos –y viejos– ministros. Como cierre, habrá un festival musical en la Plaza de Mayo.

En el kichnerismo prometían ayer una gran movilización para acompañar el traspaso de mando. Los cálculos de la Casa Rosada hablaban de cincuenta mil personas moviéndose de una plaza a la otra, que luego se estacionarían frente a la Rosada a esperar los números musicales que viene acercando el secretario de Medios, Enrique Albistur.