“Obama es Lilita.” Así se tituló una entrada de la semana pasada del blog larespublica.com.ar (“la vaca de todos”). “Obama es lo más parecido a Lilita Carrió que hay en la política estadounidense. Motivos: (1) viene del progresismo, pero se presenta como un candidato posmoderno y posideológico; (2) le critican no tener un plan o posturas definidas y ser puro marketing; (3) representa un salto generacional importante; (4) pertenece a una minoría (Carrió no es negra, pero es gorda, lo que no es poca cosa); (5) no tiene experiencia de gestión (apenas llegó al Senado en 2004, cuando venció al impresentable de Alan Keyes). La mayor diferencia es que el tipo es rapidísimo. Por ejemplo, lo que me contó una militante de la campaña de Kucinich: en Iowa, como Kucinich no llegaba al piso de viabilidad en casi ningún lado (...) llamó a sus electores a votar a Obama como segunda opción. A cambio, Obama prometió darle una declaración de apoyo en Michigan, donde no participaba (...) El comunicado, por supuesto, nunca apareció. Evidentemente la culpa es sólo de Kucinich, pero creo que Carrió no se metería en el barro de esa manera... Obama sí, y lo considero una virtud (al fin y al cabo, quien es engañado tan infantilmente no puede presidir una sociedad de fomento barrial). Predicción al margen: si el nominado republicano es McCain, Obama le gana y Clinton no.”