MATIAS FARAY

(cultivador y activista)

Cuando me detuvieron, se puede decir que lo que empecé a vivir fue una pesadilla, desde la policía hasta lo que me tocó vivir adentro de la cárcel, en el calabozo. A partir de ese momento llegó la orden de allanamiento, yo les abrí la puerta de mi departamento, realizaron su trabajo de estoquear todo lo que había en mi casa. De ahí me dirigieron a la comisaría de Villa Tesei y allí estuve preso 15 días con presos comunes. Caer detenido por la ley de drogas te transforma automáticamente en un transa, en un narcotraficante.

Con la policía es un maltrato psicológico y una extorsión psicológica todo el tiempo. Descubrí que el que cae por ley de drogas es el famoso llamado “gato” de las cárceles; y entonces si vos caés por ley de drogas, tenés que de alguna manera, no sé cómo, pasar drogas para todos los internos. La pasé mal con los internos de otros calabozos: me amenazaron. Me amenazaron con facas, porque a los transas, a los narcotraficantes, se los considera destructores de niños. Yo estoy gozando de libertad extraordinaria y hoy en día sigo procesado y tengo mi causa abierta.