ESPECTáCULOS › ESTA NOCHE COMIENZA EN EL SUR EL FESTIVAL DE MUSICOS ARGENTINOS
Un encuentro rico y desprejuiciado
León Gieco, Chango Spasiuk, Pedro Aznar y Luis Salinas encabezan un nutrido cartel de músicos que tocarán desde hoy al lunes en San Martín de los Andes, en la primera edición de un festival integrador.
Por Cristian Vitale
“La diversidad no es un problema, es riqueza. El problema es la desconexión que hay entre nosotros y también el hecho de no asumir que estamos hechos de pedacitos. Este es un país conformado por varias culturas y la música, en sí, es útil como herramienta de tolerancia y reconocimiento mutuo.” La sentencia del Chango Spasiuk resume nítidamente el espíritu del primer Festival de Músicos Argentinos, que se concretará desde hoy y hasta el lunes en el anfiteatro del Parque Nacional Lanín, San Martín de los Andes. El festival agrupará músicos de diferente procedencia regional y estilística. Habrá jazz, rock, fusión, candombe, chamamé y folklore, interpretados por representantes rioplatenses, misioneros, entrerrianos. patagónicos y santiagueños (ver aparte). Además, se realizarán talleres, charlas, feria de artesanías, clínicas, jam sessions y peñas, actividades que le otorgan al evento un tinte integrador y comunicativo que va más allá de los shows.
“Voy a tener la posibilidad de charlar con mapuches que tocan acordeón, que se interesan por la música del noroeste argentino. Creo que va a ser un encuentro productivo”, analiza Spasiuk, antes de viajar. “Es una buena ocasión para que se creen fertilizaciones que de otra manera no se darían. Tenés la oportunidad de ver el show de tus colegas, algo que no siempre sucede por el tiempo que demanda tu propia actividad”, puntualiza Pedro Aznar.
El cierre de los tres días de música e integración estará a cargo de León Gieco, en reemplazo de Mercedes Sosa, afectada por un cuadro de hipertensión que la obligará a mantener reposo y distancia de los escenarios hasta marzo de 2003 (ver recuadro). El resto de la programación se mantiene tal cuál fue anunciada. “Es interesante poner el foco en algo que no lo tiene. La música patagónica tal vez sea una de las expresiones más desconocidas por Buenos Aires, en parte porque los espacios de difusión están acaparados por productos foráneos. Por eso, la música cuyo fin no es el lucro sino conmover el alma, atraviesa un momento grave. Es la idiotez versus la sensibilidad”, reclama Aznar, reparando en la importancia que tendrá el festival para divulgar la música patagónica que, además de Antú, representarán Blues Valentín y Abel Calzetta (jazz-rock), el grupo de música andina Huerquén y Mapuche, una obra de la comunidad indígena local.
Las expectativas de artistas, público y organizadores también están puestas en el futuro. La idea, como tal, significa un punto de partida interesante cuyo fin pasa por ensamblar expresiones autóctonas que, un poco por geografía y otro poco por desinformación, aparecen como estáticas en su regionalismo. De todas formas, este “optimismo” inicial amerita un llamado de atención por parte de Spasiuk, que razona mirando la historia: “Ojalá que estemos atentos para que el paso de los años no modifique el objetivo inicial, como suele pasar cuando este tipo de festivales crecen. Será constructivo en la medida que siga siendo un espacio con estas reglas de juego. Si se modifica la dirección, puede pasar lo que ocurrió con el folklore. Todo el mundo creyó que era un boom cuando en realidad fue un crecimiento virtual, porque quedaron vedadas un montón de músicas folklóricas. El chamamé y la música popular patagónica, en este sentido, no han tenido un marco de contención para que se difundan por el país.” Salinas tiene claro que “un ejemplo de eso es Cosquín”. El guitarrista señala que allí, aunque parezca, no están todos los ritmos argentinos. La tonada, que es una de las cosas más lindas que tenemos, nunca aparece”. Para el músico misionero, “algunas músicas son marginadas por el tipo de gente que representan, porque tienen otras formas de belleza que no entran dentro del target de belleza habitual. Somos un país cada vez más fragmentado por culpa de esa ignorancia.” Aznar cree que “la tontera se genera desde aquí”, desde Buenos Aires. El ejemplo está en todos esos grupos inventados que salen de un casting como si se tratara de una película, o se inventa un sujeto al estilo de los Monkees o un grupo de sujetas que hacen una cosa que no sé que es para que consuma determinado tipo de gente. Este fue el año de los inventos. Y lo peor es que va en perjuicio de la gente que se peló ‘el que te dije’ durante décadas para tener algo qué decir. Los que hemos hecho todo ese trabajo hoy no tenemos espacio. Y esto no ha cambiado, se ha agravado. Además, es muy fácil digitar lo que hace y opina un pueblo cuando tenés tres megagrupos digitando todo. El que dice que estamos en un país libre está muy equivocado. Hay una especie de dictadura mediática”. “El objetivo, en definitiva, es construir algo diferente: vivir en la acción y lo que querés desde un lugar de responsabilidad”, cree Spasiuk.