ESPECTáCULOS › LOS “MISTERIOS Y MILAGROS” DE VÍCTOR SUEIRO
La televisión es un viaje de vuelta
Después de haber hablado y escrito durante años sobre su retorno de la muerte, Víctor Sueiro volvió a la televisión para ser testigo y presentador de los milagros de la vida.”Misterios y milagros”, el ciclo que puso en pantalla Canal 13, parece estructurado en torno del carácter “espiritual” que envolvió al periodista en las últimas dos décadas. Antes lo suyo era el recorrido –durante unos minutos en que estuvo clínicamente muerto– por un largo pasillo, al fondo del cual brillaba una luz blanquísima. Ahora, frente a un sedante color azul y ametrallado cada tanto por fogonazos y haces de luz blanca, Sueiro presentó tres “casos reales”. El primero fue un bebito enfermo de meningitis, a quien curó al solo contacto con agua de Fátima. Luego mostró la historia de Gastón Márquez, un chico que captaba con naturalidad imágenes anticipatorias, y por último se trató el caso de Alfredo Correa, un joven que murió en un accidente y que tiempo después comenzó a “aparecer” ante sus familiares. Sobre las tres historias, convenientemente “dramatizadas”, aportaron datos parientes, médicos y sacerdotes. Las imágenes, tomadas de la iconografía cristiana, parecían remitir a la estética de los pastores brasileños evangelistas. En esta suerte de estampita ampliada al lenguaje de TV que resultó el primer envío de “Misterios...”, Sueiro no escatimó frases del tipo “Lo más importante no se ve” ni dudó en calificar lo que mostraba como “impresionantemente emotivo” y “superlativamente sensible”.