ESPECTáCULOS › EL MUNDO SEGUN OTAR IOSSELIANI
Levedad y elegancia
Por Horacio Bernades
No es que fuera enteramente desconocido en la Argentina, donde se habían estrenado dos de sus películas: el documental africano Y la luz se hizo y la parisina Hogar, dulce hogar. Lo cierto es que la retrospectiva completa que le dedica el Bafici (incluyendo cortos y largos, documentales y films de ficción) representa el desembarco en el país de Otar Iosseliani, que desde hace por lo menos veinte años es uno de los más notorios animadores del circuito de festivales y salas de arte del mundo entero. Sólo en el día de hoy se verán tres de sus películas.
Nacido en 1934 en Tbilisi, capital de la ex república soviética de Georgia, el cine de Iosseliani refleja, según los conocedores, el espíritu de su gente, que –contrariamente a la severidad eslava– se caracteriza por su carácter lúdico y gozosamente ocioso. Por alguna de esas razones (o por todas ellas), Iosseliani debió marchar al exilio a mediados de los ‘70. Había debutado en cine a comienzos de los ‘60, y ya su primer corto tuvo el honor de ser prohibido por la censura soviética. La misma fortuna correrían sus tres largometrajes realizados en la URSS.
En los ‘90, el realizador volvería para revisar el estado de las cosas en su terruño, en Seule, Georgie, gigantesco fresco de 4 horas de duración. Para entonces ya estaba largamente radicado en París, donde desde comienzos de los ‘80 viene puliendo un estilo leve y elegante, con el que desde cierta distancia melancólica suele celebrar el vino, el sexo y otras formas olvidadas del goce, a las que Iosseliani identifica con un mundo ya extinguido. Todo ello puede apreciarse en films como La caza de las mariposas (1992), La señora ha salido para engañar a su marido (1996) o el más reciente Lundi matin (2002, premiado en el festival de Berlín).
Lundi Matin se verá hoy a las 11 en el Hoyts 12. Seule, Georgie, a las 13.30 en el Cosmos. Y la luz se hizo, a las 23.45 en el Hoyts 7.