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La lluviosa mañana porteña de ayer fue marco para el sepelio, en el Panteón de Actores del cementerio de la Chacarita, de Héctor Anglada, trágicamente fallecido la madrugada del domingo, atropellado por un colectivo cuando iba con una moto junto a un amigo. Un acongojado grupo de parientes y amigos –entre los que estaba el cineasta Adrián Caetano, quien dirigió al actor en los largometrajes Pizza, birra, faso (junto con Bruno Stagnaro) y Bolivia (aun no estrenado en la Argentina)– acompañó el féretro, cubierto por una camiseta de River, el club del que era hincha fanático. Anglada, más conocido como “El cordobés”, o simplemente “Córdoba”, había obtenido popularidad, fundamentalmente, por su interpretación de “Capilla”, el boxeador de la tira “Campeones”. También trabajó en “RRDT” y “Gasoleros”. En todos sus papeles se destacó por sus naturales dotes actorales, que, decía, “había aprendido en la vida”. En el sepelio de ayer estaba su abuela, a quien el actor, de 27 años, consideraba como su madre, ya que lo había criado en Córdoba. Con el primer dinero importante que cobró, la había traído a Buenos Aires, más precisamente al barrio Bernardino Rivadavia del Bajo Flores. La absurda y temprana muerte que lo sorprendió en la madrugada del domingo en la rotonda de Burzaco, terminó con un personaje singular y querible, que logró instalar su estilo dentro del denominado nuevo cine argentino y, también, en la televisión local más sintonizada con el costumbrismo.