ESPECTáCULOS › ENTREVISTA A JUANCHI BALEIRON, DE LOS PERICOS Y JORGE SERRANO DE LOS AUTENTICOS DECADENTES
“Uno hace canciones sin pensar si van a ser hits”
Son miembros fundamentales de sus respectivas bandas, aunque delegan protagonismo en otros músicos (el Bahiano en Los Pericos, Cucho en Los Decadentes). Como hacedores de éxitos durante quince años explican sus roles en dos grupos que son, dicen, “primos hermanos”.
Por Roque Casciero
Sucedió hace unos días, en la fiesta de fin de año de los empleados de un canal de televisión, en la discoteca Pachá, como antes en otros escenarios más grandes. Primero, Los Pericos calentaron el ambiente hasta entonces muy formal: empezó a hacerse evidente el exceso de champán y enseguida apareció el cotillón. Un rato más tarde, fueron Los Auténticos Decadentes los que terminaron de descontrolar a técnicos, conductores y actores. Es que, como dicen el guitarrista Juanchi Baleirón (Pericos) y el cantante/guitarrista Jorge Serrano (Decadentes), sus bandas son “primas hermanas”. “Los dos grupos compartimos muchas características: tenemos más de quince años de carrera, mantenemos la misma sensación de banda –en contraposición a un solista acompañado–, somos súper democráticos en nuestro funcionamiento y somos muchos miembros”, afirma Baleirón. Y Serrano completa: “Tenemos una formación parecida, con caños y percusión. Somos hijos del ska y el reggae”. Y algo más: en Sigue tu camino, flamante y recomendable disco de Los Decadentes, Baleirón produjo seis canciones. “Me mudé por un rato a los Deca y fue una experiencia buenísima”, reconoce el perico. “Yo era uno de los que hinchaba para que Juanchi fuera nuestro productor”, asegura el decadente.
–¿Cómo fue trabajar juntos en el estudio?
Juanchi Baleirón: –Cuando me propusieron producir el disco me sentí sorprendido y feliz. Finalmente sólo hice seis temas porque no me daba el tiempo y me dio mucha bronca, pero tenía muchos compromisos con Pericos y Los Decadentes también tenían giras. Pero quería estar sí o sí. La experiencia en sí fue fantástica, pero además está el hecho de verlo un poco desde afuera y pensar: “Uy, hice un disco de los Deca, muy grosso”. Es la primera vez que agarro un disco de un grupo ya consagrado y que está fuerte. Siempre fui más de remar con los discos, de tomar a la banda cuando todavía le faltaba una vuelta de rosca...
Jorge Serrano: –Y que esas bandas se consagraran con los discos que les producías: pasó con La Mosca, con Attaque 77 y con los Súper Ratones.
J.B.: –Trabajar en un disco de Los Decadentes era un desafío grande y fue una experiencia increíble, cuyo efecto todavía perdura. Escucho el disco y tengo la sensación de que pertenezco a lo que suena. Aparte, lo viví con ellos, porque me involucro mucho cuando produzco. No es que hago el laburo, miro el reloj y me voy. De todos modos, no necesitábamos hablar mucho para entendernos. Por suerte, mi intuición me llevaba a adelantarme a lo que ellos querían. Y así todo se hizo más fácil.
J.S.: –Yo era uno de los que hinchaba para que él fuera el productor, era mi favorito. Me gustan muchísimo los discos de los Súper Ratones que produjo él. Coincidió que casi todos los temas que produjo Juanchi son míos, pero se dio porque son los más guitarrísticos. Hubiera estado bueno hacer el disco entero con él, pero resultó bien que se dividiera así: cada uno de los productores tomó los temas que le tocaron de un modo más propio, más intensivo.
–Otra coincidencia entre las dos bandas fue que al principio la ortodoxia rockera los despreciaba.
J.S.: –En eso tuvo mucho que ver el hecho de que sonáramos en las discotecas. A Los Pericos les fue peor con la crítica porque pegaron muy rápido y eso causa un veneno total (se ríen). A nosotros nos daban palos porque hacíamos un crossover medio raro.
J.B.: –Los Decadentes son un icono del crossover y después hubo muchas bandas que lo hicieron, pero nunca fue igual. Ellos tomaron elementos de la música popular argentina, los mezclaron con naturalidad con el rock y salió algo único.
–El Bahiano y Cucho Parisi son las imágenes de Pericos y Decadentes, respectivamente. Sin embargo, los fans de ambas bandas saben de la importancia de Baleirón como productor y de Serrano como compositor. ¿Se podría decir que ustedes son las armas secretas de sus bandas?
J.S.: –¿Vos decís que somos el poder en las tinieblas? (risas) Generalmente el cantante es la cara de una banda y la gente mira hacia el centro del escenario.
J.B.: –Aparte, el cantante siempre es el que habla con el público, entonces la gente se comunica con él.
J.S.: –Yo también canto, pero la imagen está centrada en Cucho.
J.B.: –A esta altura no hay celos cuando alguien dice: “Este es el líder”. Cada uno aporta su potencial desde el lugar en que está, no hay disputas por un rol u otro. No creo que haya poderes ocultos...
J.S.: –Nuestro lugar también tiene que ver con las personalidades. Yo soy más de perfil bajo, no me interesa figurar: es como si me escondiera detrás de Cucho. Cuando salimos de los camarines, siempre me chupo detrás de Cucho, para que lo agarren a él. Estoy feliz de no ser la figura principal: me moriría si la gente me reconociera en la calle. No lo soportaría, me iría a vivir a otro país.
–De hecho se fue a vivir a Gesell.
J.S.: –Es verdad. En realidad, me fui para tomar una distancia de la vorágine del grupo y de la ciudad. Me cansa viajar tanto, pero estoy muy contento y no volvería a Buenos Aires. Al contrario, me iría más lejos. Me mata cuando los viajes son muy seguidos, pero cuando hay una gira en el exterior es lo mismo vivir acá o en Gesell.
–¿Dentro de sus bandas tienen un rol de preponderancia o son iguales al resto?
J.B.: –No me gusta imponer nada, para no generar roces ni celos. No porque haga cosas fuera de la banda y me vaya bien con eso voy a tener más peso dentro de Pericos. Cuando las papas queman, saco un poco el pecho y empujo, pero trato de que queden las mejores ideas. No hay una posición o una firma que pesen más que las del resto.
J.S.: –Si la actitud es decidir qué es mejor para el grupo, uno no va a andar votando sus canciones porque sí. Uno siente cuáles son las mejores.
J.B.: –Eso sí, al ser una banda numerosa y democrática, tenemos algo como de entidad municipal... (risas)
J.S.: –Claro, la famosa burocracia soviética. En nuestro caso, es como si tuviéramos instintivamente una dirección. No tenemos tantas opiniones encontradas. Por más que votemos, cada uno ya sabe qué temas van a quedar, cuáles son los favoritos.
–El nuevo disco de Los Decadentes, ¿tiene menos hits que los anteriores?
J.S.: –La verdad es que no lo sé, porque los hits son un misterio. A veces decís: “Este tema va a ser un hit”, y después no pasa nada. O hay temas que se destapan solos. A mí me da la impresión de que los temas son un poco más profundos. Son mejores, pero quizá no tan digeribles desde la primera escucha. Igual, uno hace una canción lo mejor que puede, sin pensar si va a ser un hit o no.
J.B.: –A mí me encanta el disco de Los Decadentes precisamente porque lo veo más profundo, bien, sin irse a la oscuridad anti-hit. Para mí son todos hits potenciales, pero es lógico que ellos quieran hacer cosas diferentes, ahondar en las letras –como las de Jorge, que son geniales–, o las texturas musicales. Ampliar la paleta es parte del rock: es crecimiento, evolución, generar cosas nuevas, no repetir fórmulas.
J.S.: –Aparte, uno va creciendo. Llevamos diecisiete años tocando y hay canciones que son muy entendibles en cierto momento, pero que hoy no se nos ocurriría hacer. Por otra parte, como somos tantos compositores, Los Decadentes somos una convivencia de cosas hasta opuestas, a veces, pero eso es lo que enriquece a la banda.
J.B.: –Nuestra forma de componer siempre es en conjunto con el Bahiano. Puede ser una idea grupal o de uno solo, pero siempre se complementa con él, que le da una melodía, algo especial. Los Decadentes, en cambio,tienen diferentes focos de composición y llegan a la banda con la canción terminada. Eso está muy bueno y se los envidio.