UNIVERSIDAD
Un congreso imprevisible para renovar la conducción estudiantil
Con suspenso, las agrupaciones de la UBA definen acuerdos y estrategias frente al congreso de la FUBA, que se haría el martes.
Por Javier Lorca
“Se están sacando los ojos”, observó un dirigente universitario que se presume imparcial. Pretendía ilustrar el complejo e impredecible mapa de fuerzas que en pocos días definirá la nueva conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). En una disputa que cruza proyectos políticos y afanes económicos (la caja de la FUBA), se enfrentan varios bloques de agrupaciones: la izquierda trotskista y sus aliados (que tienen la actual presidencia); una coalición de centroizquierda que mezcla al ARI, ex frepasistas y kirchneristas; otro frente integrado por los independientes, los “chinos” de la CEPA y el PC; las diversas listas que se escindieron de Franja Morada; y varios grupos que por ahora marchan separados (los socialistas del MNR, la propia Franja, los peronistas de la JUP y otros).
Aunque algunas agrupaciones temían que el congreso de la FUBA continuara postergado, esta semana se confirmó su convocatoria para el martes que viene. Deberían reunirse, entonces, los delegados estudiantiles de todas las facultades (una cuota federativa por cada centro y otra por la cantidad de votos cosechados por agrupación). Con excepción de los representantes de Económicas, excluidos por los dudosos manejos electorales. Anoche se definía dónde se hará el congreso: la intención de la presidencia era que fuera en la sede Independencia de Psicología. También se definía si serán 120 o más los delegados acreditados.
El Frente 20 de Diciembre, el que derrocó a Franja hace dos años, nuclea al MST, PO, PTS, la guevarista Venceremos y los independientes de Veterinarias (EVET). Hubo un principio de acuerdo para sumar a los independientes de Odontología (AFO), sin embargo aún no prosperó. Entre todas las agrupaciones del frente suman de 38 a 40 delegados. Hasta la semana pasada parecía que el 20 de Diciembre iba revalidar con facilidad y sigue siendo el sector con más votos. Pero: “La situación está complicada, aunque pensamos ganar –dijo Santiago Gima, presidente de la federación–. La continuidad de lo que venimos haciendo tiene una lógica, tenemos una unidad y queremos seguir luchando por la democratización de la universidad y el aumento presupuestario. El otro bloque es un acuerdo oportunista, para ellos ganar sería nada más que una repartija”.
El “otro bloque” es una coalición de centroizquierda: confluyen El Colectivo para la Transformación Universitaria (independientes y ex frepasistas), la Vertiente y el ARI, la Kantera (kirchneristas) y el QRS (lo que alguna vez fue la Franja de Medicina). Reúnen algo más de 20 delegados. Este bloque presentó un programa de gestión para el 2004, titulado “La recuperación de la militancia estudiantil”. Allí se postula a la FUBA como una “herramienta estratégica para el desarrollo de la sociedad” y apunta: “Es indispensable marcar una clara divisoria de aguas entre quienes estamos comprometidos con una universidad puesta al servicio de los intereses nacionales de los que la ven como una caja de recaudación de dinero para la financiación de sus aparatos políticos”. Según Joaquín Cara, del Colectivo, “la idea es armar un bloque progresista para ganarles a los troskos. Lamentablemente, por lo atomizado que está el movimiento estudiantil de la UBA, no alcanza con sumar sólo a los sectores más puros”. Las negociaciones en marcha los vinculan con algunas agrupaciones independientes, los socialistas del Movimiento Nacional Reformista (una decena de delegados) y los escindidos de Franja (otra decena de delegados, sumando las diversas listas en Farmacia, Arquitectura, Derecho, Filosofía y Letras, y Veterinarias).
Un tercer grupo está conformado por la maoísta Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA), el Movimiento Universitario de Izquierda (MUI-PC) y varias agrupaciones independientes (NBI, El Mate, la Vallese, entre otras). “Es necesario construir la unidad de la izquierda. Se corre el riesgo de que la conducción de la federación quede para agrupaciones de centro y centroderecha, con los ex Franja”, advierten los dirigentes de este bloque. “Nos gustaría construir un espacio junto con el Frente 20 de Diciembre. Pero haciendo énfasis en dos puntos. Uno es que la FUBA debe darles más protagonismo a las bases, a los estudiantes, y no a la superestructura. Y dos: hay que distinguir la gremial de la agrupación que la conduce –resumió Nuria Giniger, del MUI–. Si esta reflexión se produce, podemos sumarnos.”