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Pocas veces, las empresas que programan de manera panregional se animan a producir localmente. Pero es un desafío mayor en el caso de HBO, que se maneja con un poderoso concepto audiovisual: produce contenidos cinematográficos para ser vistos en televisión. La frase “Esto no es televisión, es HBO” representa al desafío estético de valor agregado para los productos premium: el canal pretende ganarse al público latino, haciéndole ver cine en TV. Es cierto que la calidad estética de su señal difiere del resto de la grilla. Y una forma diferente de hacer televisión implica una manera nueva de consumo y creación. Para el 2004, HBO lanzará tres producciones especiales realizadas en Argentina: Epitafios, Sexo urbano (ya se emitió el primer capítulo) y Mandrake, abriendo mercado para futuras realizaciones latinas.
Epitafios, producida por Pol-ka para HBO, se presenta como un thriller psicológico y policial. Cuenta la historia de un asesino serial que le juega bromas macabras al policía que interpreta Julio Chávez, atormentado por el entorno de crímenes que no puede detener, y que se le vienen encima. El asesino oculto transita la muerte alrededor del policía, para hacerle entender que él no es un simple investigador, sino también parte de la trama de ser víctima. Para comunicarse con el policía, el asesino dejará epitafios (o más bien pistas) en las lápidas.
Hasta Adrián Suar se vio entusiasmado con la idea en el comienzo del rodaje: “Realizar una serie con las características narrativas y técnicas de una producción cinematográfica es un gran reto”, dijo. Los trece capítulos de Epitafios cuentan –además de Chávez– con la actuación de Paola Krum, Antonio Birabent y Cecilia Roth; está escrita por los hermanos Walter y Marcelo Slavich, Alberto Lecchi y Jorge Nisco de Pol-ka, que de ese modo vuelve al clásico policial que inició con Poliladron, allá lejos y hace tiempo. Y sorprende por su calidad estética.
En la séptima semana de rodaje, Luis Peraza, encargado de adquirir contenidos para HBO, explicó a Página/12 que Epitafios es sólo una de las producciones que se realizará en Argentina. La otra es Sexo urbano, producida por Cuatro Cabezas, cuyo primer capítulo fue emitido en noviembre y muestra la cultura sexual de las ciudades de Bogotá, Río de Janeiro, San Pablo, México D.F., Santiago de Chile y Buenos Aires, al estilo de Taxicab Confessions, Real Sex y G-String Divas. La tercera será Mandrake. Además, el grupo HBO tuvo una participación minoritaria en la producción del film Un hijo genial, con Julián Weich: “Queremos seguir haciendo películas en Argentina”, destacó Peraza.
Pero, además, para el 2004 habrá nuevos estrenos internacionales: Life from Bagdad, una película sobre los periodistas de la CNN que se quedaron en el Golfo para cubrir la guerra en 1991, y Laramy Project, basado en la historia real de la muerte de un homosexual en mano de dos homofóbicos. Además, llegará a la televisión Bowling for Columbine, de Michael Moore, notable retrato sobre el consumo de armas en Estados Unidos, ganadora del Oscar al mejor documental. En el rubro series, HBO piensa estrenar Carnivàle, una serie original, en la que se verá una manera particular de lucha entre el bien y el mal. El personaje central descubrirá sus poderes especiales y será invitado a un particular circo ambulante, ambientado en los años ‘30.
Otro aluvión de películas argentinas se verá en Cinemax, señal hermana de HBO. El año pasado había probado con Nueve reinas, y la buena repercusión hizo que para la próxima temporada se programe una camada de películas nacionales: Kamchatka, Historias mínimas, Herencia, El juego de Arcibel verán la luz, pero también films latinoamericanos de repercusión internacional como Ciudad de Dios, Frida y El crimen del Padre Amaro. Consultado por este diario, Peraza utilizó el lacónico “no voy a dar comentarios sobre el asunto”, al referirse al documental que el cineasta Oliver Stone estaba preparando para HBO internacional sobre Fidel Castro. HBO había anunciado con bombos y platillos el estreno, pero después de lapresión ejercida por la comunidad cubana de Miami decidió que el trabajo debía ser modificado, e incluir opiniones de “disidentes”. La presión hizo efecto: el documental sobre Fidel todavía no tiene fecha de estreno.