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Los Grammy ahora visten de negro

Esta noche, en Los Angeles, los principales premios a la música verán pasar un desfile de artistas afroamericanos.

 Por Esteban Pintos

La nación Hip Hop domina el cartel de nominaciones para la 46ª edición de los Grammy, el más promocionado e influyente premio que (se) confiere y celebra la industria de la música en los EE.UU. y que, desde allí, rebota hacia el mundo. Beyoncé Knowles, Jay Z, Pharrell Williams (The Neptunes) y el duo Outkast, todos artistas afroamericanos, suman seis nominaciones. Missy Elliot, 50 Cent y Chad Hugo (la otra mitad de The Neptunes), tiene cinco. Todos aspiran a los premios más importantes: ya sea grabación del año, o bien álbum del año, canción del año o mejor artista nuevo. El grupo de rock de temática cristiana Evanescence, la superestrella blanca Justin Timberlake, el veterano cantante soul Luther Vandross y el fallecido songwriter Warren Zevon, también tienen cinco candidaturas.
Gustavo Cerati y Jorge Calandrelli son los únicos dos músicos argentinos nominados: el solista pop compite en la curiosa categoría mejor álbum de rock latino-alternativo por su disco Siempre es hoy; el arreglador y productor acredita una nominación dentro de mejor álbum “crossover” clásico por la dirección musical de Obrigado Brazil, una grabación del cellista japonés Yo-Yo Ma. La ceremonia de entrega de estos premios a quienes se insiste en denominar “los Oscar de la música”, precedida por la polémica generada alrededor del pecho descubierto de la cantante Janet Jackson –intempestivamente retirada del cartel de actuaciones, luego del “incidente”–, se concretará hoy a las 22 (hora argentina) en el estadio cubierto Staples Center de Los Angeles, y será televisada para América latina por la señal de cable Sony Entertainment Television, en su idioma original y sin subtítulos. El próximo domingo 15 a las 21 se emitirá la versión subtitulada.
Para el show de esta noche están anunciadas las actuaciones de Christina Aguilera, George Clinton & Parliament Funkadelic, Chick Corea, Celine Dion, Earth, Wind & Fire, 50 Cent, Foo Fighters, Dave Matthews, Jackson Browne, Billy Bob Thorton, Alicia Keys, Richard Marx, Martina McBride, Outkast, Robert Randolph & the Family Band, Sting, Sean Paul, White Stripes, Prince, Beyoncé, The Black Eyed Peas y Justin Timberlake. Habrá dos segmentos especiales recordatorios y de homenaje. El primero de ellos será para conmemorar los 40 años del primer desembarco de los Beatles en Estados Unidos (ver páginas 22/23), y contará con las actuaciones de Sting, Pharrel Williams, Vince Gil y Dave Matthews. El homenaje post mortem estará dedicado a Warren Zevon, fallecido de cáncer en septiembre del año pasado, con la participación de Jackson Browne, Emmylou Harris, Timothy Schmit, Billy Bob Thorton, Dwight Yoakam y Jorge Calderón. Además, se harán presentes los hijos de Zevon, Arial y Jordan. En la larga lista de celebridades que oficiarán de presentadores, figuran Britney Spears, Babyface, Joshua Bell, Norah Jones, B. B. King, John Mayer, Carlos Santana, Steven Tyler & Joe Perry (Aerosmith), Beck, Jack Black, Cuba Gooding Jr., Samuel L. Jackson, Madonna y Sarah Jessica Parker.
Bastante se escribió y dijo sobre esta marea negra de los Grammy 2004, que debe ser entendida como un guiño de la industria para varios de los artistas más vendedores y originales del momento. En casi todos los casos, se trata de compositores-productores-arregladores que han llevado en estos primeros años del siglo XXI a la música pop (en este caso, una de sus ramificaciones más sólidas, el hip hop) hacia nuevos terrenos de experimentación y calidad sonora. La música de Outkast, Missy Elliot, Jay Z y el duo de productores The Neptunes suele ser denominada como soul espacial, una variante del hip hop que tanto abreva en las fuentes de los ritmos negros que cubrieron el mundo durante el siglo pasado, para luego dispararse en diferentes direcciones sonoras. Una contundente combinación de tradición y modernidad, ya no sólo consumida por las audiencias afroamericanas, sino convertida en un ritmo global que trae consigo toda una cultural moderna y urbana. Por caso, en la categoría grabación del año –allí donde se combina la calidad de la canción y su sonido– aparecen varios de esos artistas. El duo en aparente disolución Outkast, que sorprendió al mundo con la edición de un disco por cada uno de sus integrantes aunque agrupados bajo un difuso concepto “doble” (Speakerboxxx/The Love Below), compite con Hey Ya!, una canción compuesta e interpretada por el llamativo André 3000. Beyoncé, la bomba sexual negra del momento, aparece con su contagiante Crazy in love, donde comparte voces con su novio, el rapper Jay Z. The Black Eyed Peas, grupo multiétnico de reciente aparición en el planeta rap, comparte cartel con Justin Timberlake en la canción Where is the love. Eminem, que no es negro pero que debería ser considerado como tal por su incidencia cultural y calidad interpretativa, aparece con Lose yourself, el emblema sonoro de su debut cinematográfico 8 Mile - calle de ilusiones. Solitarios frente a tanto rapper-soul brothers and sister aparecen los británicos Coldplay, con Clocks, extraída del multivendedor disco de 2002 A rush of blood to the head. Más allá de sus méritos, no parece que cuatro melancólicos ingleses derroten a las perlas negras del momento, y mucho menos en rodeo ajeno. Los batacazos parecen estar reservados para ámbitos menos previsibles.

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Justin Timberlake tendrá su lugar; a Janet Jackson la bajaron.
Este año, los Grammy serán inundados por una verdadera marea negra.
 
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