ESPECTáCULOS › MIGUEL RODRIGUEZ ARIAS Y SU DOCUMENTAL “EL NÜREMBERG ARGENTINO”

“Este film tiene que ser didáctico”

La película, que ya fue exhibida en el Congreso de la Nación y se estrena en las salas este jueves, rescata imágenes del histórico Juicio a las Juntas y las contrapone con las palabras actuales de quienes sufrieron la represión de la dictadura. “Los abogados defensores tuvieron una actitud chicanera que nos sorprendió”, relata Arias sobre la experiencia.

Por Ana Bianco

“Miriam cuenta que los torturadores la llevaban a un restaurante a cenar o cómo los obligaban a acompañarlos a festejar el Mundial de Fútbol ‘78. Cristina relata su salida forzada a una discoteca. Elisa describe su tarea de revisar los diarios en la ESMA y Munú narra que para sobrevivir coordinaba los equipos que reparaban las casas de los secuestrados y después hacían escrituras públicas truchas para venderlas.” Así Miguel Rodríguez Arias, director del documental El Nüremberg Argentino, se refiere a la tortura psicológica, uno de los soportes en los que se sustenta el film exhibido en el Congreso de la Nación en diciembre de 2003, y que se estrena mañana en salas comerciales. Arias es realizador de documentales, programas de TV, guionista, psicólogo e investigador. En 1996 y 1997 produjo y dirigió Las patas de la mentira y en el 2000 realizó el ciclo Biografías no autorizadas. Su primera película, con guión de Arias y Freddy Torres, reproduce fragmentos del Juicio a las Juntas militares e integra materiales fílmicos de la época y entrevistas a seis sobrevivientes, los jueces que integraban el tribunal, el fiscal Julio César Strassera, Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, el periodista Miguel Bonasso y el pensador Tomás Abraham.
–¿Qué lo motivó a emprender este proyecto?
–La pasión por la historia reciente. Desde 1983, conscientes de la carencia de archivos públicos, empezamos a grabar de la TV. En 1983 grabé uno de los primeros actos políticos en Vélez, donde Deolindo Bittel tuvo un fallido y dijo que entre la liberación y la dependencia, el justicialismo iba a optar por la dependencia. En 2000 empecé a madurar la idea de hacer un documental sobre el juicio y en 2001 nos decidimos a encarar la tarea porque se vislumbraba que Argentina se caía, y eso nos motivaba a revisar la historia reciente. Las grabaciones del juicio están en la Cámara Federal y era complicado obtenerlas. En el juzgado nos informaron de que debíamos presentar un expediente, y después nos enteramos de que había que hacer un expediente para cada testimonio solicitado. Con buen criterio, el Dr. Irurzun resolvió que el copiado se hiciera a través del Archivo General de la Nación, que hasta ahora lleva copiado la mitad del juicio. Contábamos con unos VHS de un documental realizado por Carlos Somigliana que se iba a pasar por Canal 7, hasta que el gobierno de Alfonsín decidió que no estaban dadas las condiciones y secuestró el master de ese documental. Las copias que quedaron no reunían calidad para ser usadas, pero nos sirvieron de base para solicitar a la Cámara algunos testimonios. Además consultamos El diario del Juicio y el film Garage Olimpo, entre otros.
–¿Por qué los entrevistados son solamente de la ESMA?
–Al ver algunos testimonios descubrimos que hablaban de la tortura psicológica, y en ese momento me enteré de que se estaba por publicar Ese Infierno, de Munú Actis, Cristina Aldini, Liliana Gardella, Miriam Lewin y Elisa Tokar, sobrevivientes de la ESMA. Descubrí una cantidad de aspectos que había que mostrar...
–¿Le quedaron otros testimonios que no incorporó?
–El del diplomático Goyo Dupont, que es para otro documental. Goyo era amigo de la diplomática Elena Holmberg, con destino en París. Ella descubrió la verdadera actividad que desarrollaba el Centro Piloto de París, localizar a los argentinos que habían salido de la Argentina por razones políticas. Holmberg, escandalizada, volvió al país y le pidió una reunión a Videla para denunciar esos hechos. Como era una persona honesta creía que Videla no sabía lo que estaba sucediendo con el Centro que dependía de la Marina y de Massera. Antes de la entrevista con Videla, apareció su cuerpo en el Tigre. Mataron al hermano de Goyo, el publicista Marcelo Dupont, para que Goyo no denunciara las actividades del Centro.Tengo el archivo del programa Tiempo Nuevo con los hermanos de Elena Holmberg denunciando a Massera y contando lo sucedido.
–¿Participó en alguna audiencia durante el juicio?
–En ese momento trabajaba en publicidad, estudiaba Psicología y estaba armando el archivo de Las patas de la mentira. Me interesaba la política, el psicoanálisis y la comunicación. No fui al juicio y me hubiera gustado, pero estoy siguiendo el juicio de la AMIA y sé de qué se trata. En teoría son orales y públicos, pero para asistir a las audiencias hay que hacer una tramitación y es comprensible que así sea, si no se llenaría de gente y se perdería el simbolismo.
–¿Qué descubrió con el material en la mano?
–Una cosa es leer el diario y otra muy distinta es ver la actitud de los abogados de la defensa. Trataban a las víctimas como si fuesen culpables de algo. Ver al Dr. Orgeira reclamando por la incomodidad del lugar ocupado por las defensas (21 abogados) y al presidente del Tribunal explicándole que es el lugar que hay y ofreciéndole la posibilidad de instalarse alternativamente en el sitio que ocupa la Fiscalía... Los abogados defensores ante el Tribunal y ante los sobrevivientes tuvieron una actitud chicanera que nos sorprendió y quisimos poner de manifiesto. Para el grupo de trabajo y para mí hay un antes y un después.
–¿Cómo fueron las entrevistas?
–En el juicio, para proteger a los sobrevivientes, no se los filmaba de frente. Buscamos testimonios como el de Mario Villani y Miriam Lewin e hicimos el contraplano. Los entrevistamos de frente y en la parte del juicio aparecían de atrás. Elisa Tokar cuenta que cuando le hablaban de Acosta no se acordaba de que lo llamaban el “Tigre” en la ESMA, son como agujeros en la memoria. Finalmente dio su testimonio por primera vez cuando la citó el juez Baltasar Garzón y para ella fue muy catártico. Cuando hablé con Villani me preguntó si yo adhería a la teoría de los dos demonios, y cuando le dije que no aceptó participar. Es un sobreviviente que ha pasado por cinco campos de concentración...
–¿El recorte del documental es desde la mirada de los sobrevivientes?
–El documental está calificado apto para todo público y queremos difundirlo en las escuelas a partir de sexto grado y estamos trabajando al respecto con la licenciada en Ciencias de la Educación Andrea Talamoni. Aspiramos a que sea declarado de interés cultural y educativo, porque está pensado para un público desde 12 hasta 30 años. Los que no vivieron esa época se enteran de que hay 45 militares presos o con pedido de captura, y que Alemania y Francia tramitan la extradición de Videla, Massera y Suárez Mason, y que Astiz está preso y con pedido de captura del gobierno francés, y que algunos represores gozan del arresto domiciliario porque son mayores de 70 años y uno de ellos salió a pasear invitado por el embajador de Ecuador y éste debió renunciar: de todo se enteran por los medios, pero realmente no saben qué pasó durante la dictadura. El documental tiene un fin didáctico y nos gustaría que los jóvenes motivaran a los mayores a verlo.
–Usted tiene experiencias en captar lapsus. ¿Qué encuentra en los discursos de los represores?
–Hay unos actos fallidos, pero los comete gente que tiene determinadas características psicológicas. Uno de los integrantes del Tribunal, Ricardo Gil Lavedra, le pregunta a un represor cuáles eran sus blancos y éste responde: “A mí me dicen que dispare contra una ventana”, y la Fiscalía le repregunta si le habían fijado un objetivo, un ser humano y él responde: “No recuerdo”. Es un discurso sin fallido, ese señor es un perverso. Ese individuo se ocupa muy bien de no cometer actos fallidos y puede manejar su inconsciente.
–¿Por qué El Nüremberg Argentino?
–Al principio se llamaba El Juicio a las Juntas, el Nüremberg Argentino, y a medida que hacíamos las entrevistas empezaron a aparecer referencias acerca del juicio de Nüremberg, uno de los juicios emblemáticos del siglo XX. Hay testimonios que indican cómo los torturadores eran visiblemente perversos con los judíos.

Compartir: 

Twitter

Rodríguez Arias empezó a trabajar en la idea de un documental sobre el Juicio a las Juntas en 2000.
 
ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.