ESPECTáCULOS › NACHO GOANO Y RONNIE ARIAS, JUNTOS EN LA RADIO EN LA X4
La extraña pareja del tecno
What is this? busca explotar la combinación entre el estilo futbolero de Nacho y los intereses gay de Ronnie, en un contexto de música dance de vanguardia donde aporta el DJ Tommy Jacobs.
Por Mariano Blejman
Ronnie Arias y Nacho Goano comparten una versión posmoderna de La Bella y la Bestia. “Pero yo soy la Bella”, dice Goano, acostumbrado a poner su voz carrasposa donde sea necesario para dejar las cosas en claro. La “Bestia” de Ronnie Arias, en cambio, no se da por aludido, cuando se habla de su relación en What is this?, programa de la renovada X4 (FM 106.7 Mhz) de lunes a viernes de 13 a 17, junto al DJ Tommy Jacobs. Porque a esta altura, el personaje de “loca” que supo forjar en el recordado Kaos ha inundado todos sus perfiles posteriores. Ronnie dice que el programa surgió un día que se le colgó a Mario Pergolini del cuello –la imagen es real– hasta que consiguió sacarle una propuesta de trabajo. Goano estuvo de acuerdo y terminaron juntos. “Somos dos grandes remadores”, dice Arias. “Pero la canoa se hunde de mi lado”, retruca Goano ante Página/12.
–¿La radio les exige otro tipo de presencia?
Nacho Goano: –En la radio no se puede ocultar la verdad, aflora lo que somos. Pero esa mezcla del prototipo heterosexual, o sea yo, y el supergay, Ronnie Arias, no es lo único que me entusiasma. Me gusta lo histriónico de Ronnie, pero con el plus musical.
–Para Goano, ¿es una forma de alejarse del mundo del deporte?
Ronnie Arias: –Yo vengo a representar el mundo gay. Soy una especie de entretenedor de Nacho y me voy de boca todo el tiempo. Sobre fútbol no sé nada, pero me gusta saber qué tipo de ropa usan los futbolistas, si usan perfume, si se afeitan, eso.
–¿Ronnie es una especie de Queer Eye (ojo gay) para Nacho?
N. G.: –No lo uso a Ronnie para eso, pero en la convivencia uno va aprendiendo. Ronnie sabe si me afeité después de bañarme, por ejemplo.
R. A.: –Yo me afeito la pelada bajo el agua. Y aprendo cosas. También necesito el ojo hétero para el gay. Soy influenciable, así que de la convivencia él no saldrá homo, en todo caso yo voy a salir más guarro.
–¿Cuáles son los temas del programa?
N. G.: –No me gusta el mundo loco del tipo: “Un perro en Venezuela salvó la vida de un niño”. Lo nuestro intenta ser conducido. No se prende el micrófono y uno se pone a hablar. Siempre –te lo digo a vos Ronnie, por si no sabías– yo sé cuándo va a terminar un parlamento. El programa no nos conduce, nosotros lo conducimos. Tenemos un gran respeto por el medio. La radio es un show, tiene que tener timing, algo que sirve mucho a los fines del oyente. Pero no nos encargamos de los temas sociales. No informamos, apenas entretenemos. Yo de política no sé nada.
R. A.: –Me gusta cuando Nacho me enseña a dar recetas de comida. O, por ejemplo, cuando da instrucciones para estacionar. Aprendo de deportes. Aunque además de la información, de Roland Garros me interesa saber qué perfume usa Agassi o Coria. Sobre Cristina K, por ejemplo, no nos importa tanto su trabajo sino su rímel, su peinado en la Plaza de Mayo.
–¿Por qué no hay chistes de sexo?
R. A.: –No soy el de Kaos. No es el chiste con Florencia de la V. Pero, por otra parte, ¡qué linda está Florencia! Mi personaje es otro. No soy el de Kaos ni el showman de la radio. Soy un poco ellos, pero ellos son personajes. No hacemos chistes sexuales porque no es la idea. No me lo quiero garchar a Nacho, quiero mejorarlo, pulirlo. Aunque nos puede pasar como al educador de Susana Giménez. ¿Sabías que Susana le puso un educador a Carlos Monzón para que lo mejorara y el boxeador terminó embruteciendo al educador? Es posible que Nacho termine embruteciéndome.
–¿Qué rol juega la música?
N. G.: –La radio está en la vanguardia electrónica, de tendencia al house clásico. Durante el día sube de temperatura: no es lo mismo a las siete de la mañana que a la noche. Nos apoyamos en una estructura musical sólida. Estamos detrás del sonido y no al revés.
–La radio necesita de un oyente más fiel que la tele...
N. G.: –Actualmente, la radio perdió intimidad. El dial se completa con gente de la tele. Es más difícil hacer un programa con alguien que no esconocido. Dicen que la tele mató al ídolo de la radio: ya todos saben cómo son los que hablan por la radio. Igualmente, mi objetivo es conducir radio. Quiero ser reconocido en esta radio, entre la música de vanguardia. Quiero ser el Mario Pergolini del dance. Pero tengo mucho cuidado: tener a Pergolini enfrente durante tanto tiempo en ¿Cuál es? en la Rock & Pop (95.9 Mhz) fue como aprender filosofía teniendo enfrente a Platón. El sabe hacer radio. Yo aprendí de él absolutamente todo.
–¿Cómo se imaginan dentro de unos años?
R. A.: –Yo comencé a fines de los ‘80, hice radio con Lalo Mir, con Vernaci, con Fernando Peña. Me siento de una generación de gente que hace radio ahora. Decimos unas sandeces increíbles. Cuando era más joven, me ponía a criticar a Cris Morena hasta que un día me contrató para que la criticara, pero dentro de Jugate conmigo. Quiero ser estrella de Hollywood.
N. G.: –El problema con el futuro es que uno va cumpliendo sus deseos y después se queda sin otras motivaciones. Maradona dijo a los 10 años que quería ser campeón mundial. Lo logró. ¿Y después qué?