EL PAíS
La Legislatura estudia la conducta de Onega, pero nada está cantado
La Comisión de Etica analiza los dichos de la diputada que trató de “judío de mierda” a un asesor. Pero varios aceptaron ya la disculpa e, incluso, hay quien quiere ganarla para sí.
Por Santiago Rodríguez
La Junta de Etica de la Legislatura porteña empezó a analizar ayer la conducta de Mirta Onega, la legisladora que trató de “judío de mierda” a uno de los empleados de su despacho. Quedó abierto así un proceso que hace menos de una semana –cuando el caso cobró estado público– parecía encaminado a una segura destitución de Onega, pero cuyo desenlace ahora no aparece tan claro. Es que a pesar de que reconoció haber dicho lo que dijo, muchos de sus pares quedaron conformes con las disculpas y el arrepentimiento que manifestó la legisladora y consideran que un apercibimiento sería suficiente sanción.
La primera reunión de la Junta de Etica para abordar el caso de Onega, quien fue denunciada por sus propios compañeros de bloque del Partido de la Ciudad, se realizó a puertas cerradas. El encuentro fue privado porque durante su transcurso se analizó el video que con una cámara oculta grabaron otros miembros de su bancada y en el cual aparecen registradas las expresiones discriminatorias de la legisladora. Quienes se sentaron frente al televisor a ver la grabación fueron los macristas Juan Carlos Lynch, Santiago De Estrada y Carlos Araujo; Fernando Melillo, del ARI; el kirchnerista Ariel Schifrin; el radical Roberto Vázquez, y Julio De Giovanni, del Partido de la Ciudad.
En esa fuerza política consideran que las imágenes son prueba contundente del antisemitismo de Onega. Así lo remarcó el jefe del partido, Jorge Giorno, en la sesión de la Legislatura del jueves pasado en la que pidió que la legisladora fuera expulsada.
Los miembros de la Junta de Etica aún no pueden decir lo mismo: lo que vieron no fue el video completo, sino un fragmento editado y que les fue entregado por el Partido de la Ciudad con la aclaración de que se trataba de “lo pertinente” al caso.
Y en ese fragmento tampoco aparece Onega afirmando que el empleado de su despacho Norberto Cohenca es un “judío de mierda”. Sí se ve que le preguntan “¿cómo le vas a decir judío de mierda?” y la legisladora se justifica con el argumento de que “él me decía otras cosas”. “Es más lo que la misma Onega reconoció haber dicho, que lo que se la ve diciendo en el video”, explicó a Página/12 un asesor de la Junta de Etica.
Como primer paso antes de seguir avanzando en el asunto, los integrantes de la Junta de Etica decidieron pedir que les entreguen el video completo. Una vez que lo tengan, hacer una nueva reunión para verlo.
Lo que está en discusión, sin embargo, no es lo que dijo la legisladora, sino la sanción que corresponde aplicarle. Por más que no haya imágenes, en el recinto mismo de la Legislatura la propia Onega admitió sus expresiones antisemitas y entre lágrimas aseguró estar arrepentida y pidió disculpas.
“Lo más acertado sería imponerle un apercibimiento porque son muchos los legisladores que han aceptado las disculpas que Onega ofreció en la última sesión”, evaluó en diálogo con este diario un hombre de la mayoría macrista que controla la Junta de Etica. También alimentó la sospecha de que la denuncia contra la legisladora no estuvo motivada sólo por sus expresiones, sino también por una interna con Giorno en el Partido de la Ciudad.
Conjeturas al respecto hubo desde el momento mismo en que Giorno denunció públicamente el caso, del mismo modo en que ahora las hay en función de la posición que comienzan a esbozar los macristas del grupo Nogaró, en el que conviven varios legisladores que vienen de la anterior Legislatura y dirigentes que ya han recorrido un largo camino en la política. Lo que muchos especulan –en otras fuerzas políticas y también en su adversario grupo macrista Festilindo– es que buscan proteger a Onega para después sumarla a sus filas.
A favor de Onega juega también otro elemento que quedó en evidencia en los días que siguieron a la denuncia pública de su conducta: la insólita idea dominante entre muchos de sus pares de que profundizar lainvestigación del asunto puede volverse en su contra y terminar dañando la imagen de todos.