SOCIEDAD › EL MINISTRO DE SALUD, CONTRA LOS LABORATORIOS POR LA GRIPE
“Terrorismo sanitario para vender”
González García dijo que hay un “club de la gripe” que busca hacer creer que existe un brote para promover la venta de vacunas. Aunque hay muchos casos, el secretario de Salud porteño negó que hubiera un brote. En la provincia, el ministro aseguró que hay un “ligero aumento”.
Por Pedro Lipcovich
Tiene pocos hinchas pero su barra brava es de las peligrosas: tales son sin duda las características del “club de la gripe”, que el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, denunció ayer como responsable de un “terrorismo sanitario, cuyo único objetivo es vender vacunas”. Al frente de este club patógeno estarían “los laboratorios de especialidades medicinales”, que “disponen de fondos específicos para este objetivo” y que “sostienen una relación inmoral con algunos médicos”. Un investigador consultado por este diario acordó con las acusaciones del ministro y las amplió: “Como en la Argentina está prohibida la publicidad directa de medicamentos, hacen publicidad encubierta: por ejemplo, justo cuando está por salir algún nuevo remedio contra la impotencia sexual, la noticia es que ‘se descubrió’ que los hombres que padecen impotencia sexual no consultan suficientemente al médico”. En cuanto a la gripe, la Secretaría de Salud porteña ratificó que “no hay brote” en la ciudad, y el Ministerio de Salud bonaerense señaló un “ligero aumento de infecciones respiratorias, causadas por el virus de la gripe o por otros gérmenes”.
El ministro de Salud de la Nación efectuó su denuncia con relación a declaraciones atribuidas la semana pasada a Horacio López, director de la especialización en infectología de la Facultad de Medicina de la UBA y profesor titular en la Fundación Favaloro, según las cuales la Ciudad de Buenos Aires padecía “un brote” de gripe que podría alcanzar “un pico” esta semana para después disminuir. “Decir que esta semana iba a haber un tremendo brote, como varias personas salieron a decirlo, me pareció, primero, que no era verdad y, segundo, una suerte de terrorismo sanitario, cuyo único objetivo es vender vacunas”, sostuvo Ginés González García.
El ministro vinculó esa práctica con la acción de laboratorios fabricantes de vacunas: “Hay un ‘club de la gripe’: estos laboratorios tienen un fondo específico para eso y eso es parte de la relación inmoral que tienen con algunos médicos”. Mencionó en este sentido que los laboratorios “organizan foros y tanto los que hablan como los que van a los foros son pagados por los laboratorios”.
El ministro precisó que, respecto de la influenza (gripe, en sentido estricto) “este año, la incidencia en el país es levemente inferior a la del año pasado”, si bien “algunas provincias, como Buenos Aires, están un poco por encima”. No hay que suponer, por lo tanto, “que esperemos más casos o que se anticipen al período habitual de mediados de julio”.
González García comentó que “estamos preocupados por la insuficiencia respiratoria aguda, que se da más que nada en chiquitos, pero eso no tiene nada que ver con la gripe”.
Por su parte Alfredo Stern, secretario de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, ratificó que “no hay brote de gripe” en la ciudad, ya que “la cantidad de casos es común para esta época del año” y “el sistema de vigilancia epidemiológica de la ciudad no muestra hasta el momento mayor cantidad de casos de gripe que los que registró el año pasado”.
Desde la provincia de Buenos Aires, Ismael Passaglia, ministro de Salud, observó que “con respecto al año pasado, hay un ligero aumento de infecciones respiratorias agudas, que pueden ser originadas por el virus de la gripe u otros virus”, y fundamentó históricamente su decisión de adelantar el receso escolar de invierno para el 12 de julio: “Cuando se instauraron las vacaciones de invierno en la provincia, en 1922, fue por razones sanitarias de este orden: de hecho, la implementación de la medida quedó a cargo del cuerpo médico de la Dirección General de Escuelas”.
En cuanto al “terrorismo sanitario” que podrían promover los laboratorios, Página/12 consultó a Martín Cañás, miembro del Grupo Asesor para el Uso Racional de Medicamentos, Gapurmed, y asesor en farmacología de la Fundación Femeba: “Coincido con las afirmaciones del ministro: como en la Argentina la publicidad de medicamentos directamente dirigida al consumidor está prohibida, salvo para los de venta libre, entonces laindustria hace publicidad encubierta a través de los medios de comunicación. Así por ejemplo, uno lee en el diario que sólo un bajo porcentaje de los hombres con impotencia sexual consultan al médico... y a los pocos días aparece un nuevo producto contra la impotencia; o bien, la noticia de que está por aprobarse un nuevo medicamento contra, supongamos, la osteoporosis, prepara a la opinión pública de modo que la gente le pida al doctor ese fármaco. Estas prácticas son habituales, y podrían ser investigadas por la Anmat (organismo nacional regulatorio de los medicamentos) como publicidad indebida”, sostuvo el investigador.
En relación específica con los cuadros gripales, Cañás señaló que la promoción de un uso indebido de medicamentos no sólo se plantea con relación a las vacunas: “Algunos antigripales presentan la irracionalidad terapéutica de incluir hasta seis componentes distintos contra diversos síntomas: entonces, si un componente le produce a una persona un efecto adverso, no puede regular la dosis, tiene que tirar todo el paquete. En realidad, de esas seis drogas que juntan en una pastilla, hay dos que son sólo para contrarrestar efectos adversos de las otras cuatro”.