ESPECTáCULOS › LEON GIECO, CIUDADANO ILUSTRE
El ídolo honorario
El músico aprovechó el acto en la Legislatura porteña para cantar sus clásicos y contar anécdotas. Fue aplaudido por funcionarios, amigos y colegas.
Por Karina Micheletto
“La voy a hacer corta porque me imagino que todos ustedes quieren ir a ver Argentina-Brasil”, empezó diciendo León Gieco en el acto en el que se lo nombró Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Sus palabras (que incluyeron anécdotas de pecados de juventud, cuando con sus amigos hacían pis en la puerta de la casa de los vecinos que no querían y concursaban por escribir nombres y apellidos completos) rompieron la formalidad que inevitablemente revistió a los discursos de los funcionarios, aunque todos hayan intentado darle otro tono. El acto se realizó en el coqueto Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad, con la presencia de Madres de Plaza de Mayo, organismos de derechos humanos, autoridades de la ciudad, familiares del homenajeado, artistas como Ariel Ramírez, Abel Pintos (ahijado artístico de León), Horacio Fontova y Piero.
El acto reunió alrededor de León al jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, el vicejefe Jorge Telerman y el secretario de Cultura Gustavo López, y Telerman aprovechó su discurso para hablar de “mis amigos Aníbal y Gustavo” y dejar en claro que las broncas por su desplazamiento del área de Cultura ya quedaron atrás. Con el look en tono negro que lleva siempre y cara de recientes vacaciones (acaba de volver de un viaje de descanso por Europa), Gieco confesó que su flamante título le da “un poco de impresión”, antes de cerrar el acto tocando charango, guitarra y armónica junto al grupo Mitimaes, con temas como El señor Durito y yo (dedicado al subcomandante Marcos) y Bajo el sol de Bogotá. El final fue con Sólo le pido a Dios, junto a varios de los artistas presentes y seguido debajo del escenario por las palmas y el coro del público, en especial de un grupo de emocionadísimas empleadas de la Legislatura.
La idea fue de Jorge Giorno, presidente del Partido de la Ciudad. En su proyecto el diputado fundamenta la declaración de Ciudadano Ilustre a Gieco: “Por haber sido difusor de nuestras expresiones culturales en todo el mundo e incansable defensor de los derechos humanos, por la permanente denuncia contra la devastación a la que fue sometido nuestro país y nuestro continente durante siglos, por su solidaridad con las causas sociales, por combatir la depredación del medio ambiente, por su constante repudio a la mentira y la traición, por su incansable militancia por la justicia”.
“A veces siento que me dicen demasiado ‘ídolo, bronce, sos bueno, solidario’”, contó Gieco. “Ese es un ropaje muy pesado de llevar, pero ahí está, para hacerme cargo” (ver aparte). León exorcizó parte de esa mochila en su tema Idolo de los quemados, al igual que una de las anécdotas que contó en la Legislatura: “Cuando era chico, todas las noches planeábamos con mi viejo mi viaje a Buenos Aires. El me decía: ‘No quiero que vayas a vivir a Ituzaingó’, como diciendo que no tenía que quedarme en el interior. Un día lo apuré: ‘¿Entonces adónde voy?’ ‘Al lado del presidente’, me dijo. Y así fue: la primera pensión mugrienta donde paré estaba en Moreno y Defensa, a dos cuadras de donde está el presidente. Y hoy si mi papá viviese estaría muy contento de verme acá recibiendo este premio, también cerquita de donde está el Presidente”.