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El astroanálisis es implacable: “¿Qué pasa con papá?, a lo mejor hay un Edipo sin resolver”. La soltera acata el sermón de las tardes casamenteras de Canal 13 (un boom con 9 puntos a las 15), y se dispone a iniciar su sueño de a dos. Las chicas de Doce corazones podrán padecer el desempleo, pero tendrán quien las abrace. “¡La abogada con el repartidor!”, celebra Andrea Politti. “Es que, chicas –dice–, lo que nos queda es el amor.” La tele los empareja según el signo, aparta al rockero (Dave Navarro) de la fiesta loca, consagra a la viudita alegre (Anna Nicole Smith) como la más viva de 2004; expulsa el sexo casual del canal joven y redime a la tarada (Jessica Simpson, en el reality Newlyweds) hasta darle el estatuto que la música negó. La boda convierte al ídolo pop (Nick Lachey, ex “98º”) en marido celado: “No le está permitido –dirá Jessica– grabar videoclips con bailarinas”.
El último rebelde (Anthony Kiedis, de Red Hot Chili Peppers) falta a la boda de Dave Navarro porque “se casan para aparecer”, hoy que los “venidos a menos” saltan al horario central con Carmen y Dave en MTV. El fracasado adquiere aire de celebridad; la conejita veterana (Carmen Electra) recupera don de estrella. Y renace la esperanza de lo que podría pasarle a cualquiera. “Si pueden los drogones del rock, yo también”, decretan estos enlaces de rockers, último furor del canal joven. Lo que importa está en la dupla bien constituida que se esparce hasta en MTV, y los educa desde chicos. “Antes inhalaba heroína de la buena –dice Dave Navarro–, ahora no hay mejor que Carmen y un buen cheff.”
La boda es el gran batacazo que llena de plata a Anna Nicole Smith en The Anna Nicole Show, por E!. La chica defiende su oportunidad y reivindica a la novia interesada. Ann recuerda la infancia de privaciones, y convence como en el melodrama: “Yo sufrí...”, opuesta a los caprichos de diva que llegarán después: un cubrecama por mil dólares, cuidados millonarios al caniche. En cambio Nuestra boda, en People and Arts, recupera algo de emoción: bodas étnicas cumplen con el cupo y uniforman, pero siempre se ahuyentan los fantasmas de otredad: cambian los sacerdotes y el vestuario, pero se mantiene el lugar común: regalito, paso demorado por el templo y testimonio emocionado del papá.
Obsesionada con la monogamia, la tele extinguió el sexo casual hasta en Dismissed (MTV), que antes promovía parejas para el corto plazo, y ahora exige nuevos requisitos: una charla de “afinidad”, la supresión del beso-prueba, la dilación del momento de concretar. Y, sobre todo, la inclusión de nuevos básicos: “¿Vivimos cerca?, ¿Vamos a la misma facultad?”. Bodas posibles convierten a las chicas Cosmo de Tienes una cita en una mantis que diseña el aspecto de la cría: “Me gustaría un niñito con esos ojos”, dice una mexicana sobre el tipo al que vio sólo una vez. La charla es un interrogatorio policial: ¿Sos fiel-sos hacendoso-te gusta el deporte?, preparando el terreno para la vida en común. En Recorrido en pareja, también en Cosmopolitan, los tórtolos circulan por capitales latinas, en un mapa de convivientes (modelos, publicistas, cocineros...), todos chetísimos, rodeados de bellezas y preocupados por zafar del mote “frívolos”: viven cerca del gimnasio, pero anticipan una “fecha para antes de fin de año”. La boda dignifica: fama a los cantantes casados; fortuna, a la gordísima Anna Nicole; sustituto del empleo o la miseria a los de Doce corazones; y a la parentela de Nuestra boda, vidriera internacional. Siempre abonando a la mitología del enamorado que siente pero no goza, el que nació predestinado para encontrar su “media naranja”. Donde uno más se aleje de la soltería, el hombre nuevo nacerá.