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Lewi pide a la DAIA que haga una gran autocrítica

El actual presidente, al reasumir su cargo, solicitó que además renuncien Jorge Kirszembaum y Julio Toker, dos seguidores del ex titular de esa organización Rubén Beraja, y que cambie totalmente su orientación política. El lunes próximo ya habrá una nueva mesa ejecutiva de la DAIA.

 Por Raúl Kollmann

El presidente de la DAIA, Gilbert Lewi, afectado por una grave enfermedad desde hace meses, reasumió ayer su cargo sobre la base de dos condiciones. La primera es la designación de una nueva mesa ejecutiva en la que no estarán Jorge Kirszembaum y Julio Toker, los referentes más cuestionados por seguir los lineamientos del ex presidente de la DAIA Rubén Beraja. La segunda fue que la DAIA cambie totalmente su orientación política, lo que incluirá una autocrítica por el papel desempeñado durante la investigación del atentado, por haber defendido al juez Juan José Galeano y a los fiscales, aun después de que se demostrara que se había hecho un pago ilegal al imputado clave del caso, Carlos Telleldín. “No fuimos fiscales de la investigación, sino cómplices de una trama”, dijo ayer Lewi en el Consejo Directivo de la DAIA. El lunes próximo, Lewi presentará la propuesta de los nombres que integrarán la nueva mesa ejecutiva de la DAIA.
Cuando falta poco más de un mes para el décimo aniversario del atentado contra la AMIA, los principales referentes de la comunidad judía afrontan una de las polémicas más duras de los últimos años. A raíz de la enfermedad de Lewi, los sectores más afines a Beraja tomaron control de la DAIA y produjeron varios choques públicos. El más notorio fue cuando la conferencia anual del American Jewish Committee (AJC) recibió a Néstor Kirchner en Washington y le reconoció su compromiso con la lucha por el esclarecimiento del atentado de la calle Pasteur. En ese marco, los dirigentes más berajistas de la DAIA distribuyeron en Washington un comunicado en el que sostuvieron que el Gobierno no tiene voluntad política de investigar el atentado, cuestionaron la decisión de pasar a retiro al comisario Jorge Palacios e incluso sugirieron que el Ejecutivo operó en el juicio oral para desplazar a los fiscales del caso. Desde el punto de vista político, fue un gesto de reafirmación de una política de alineamiento con Beraja y con lo que fue el menemismo.
Ayer, el Consejo Directivo de la DAIA, integrado por unos 40 representantes, recibió a Lewi, en lo que sería su regreso a la presidencia después de la licencia por enfermedad. Para reasumir el cargo, Lewi –que el año pasado derrotó en la elección al candidato más afín a Beraja, José Hercman– puso varias condiciones, algunas derivadas de su enfermedad y otras que directamente apuntaron a lo que son las posturas de la DAIA.
Según el relato de varios participantes del Consejo Directivo, una síntesis de lo dicho por Lewi sería la siguiente: “No puedo reasumir la presidencia de una entidad si lo que se dice y lo que se hace va en contra de lo que pienso. Antes de mi enfermedad yo creía que debía aceptar las diferencias e integrar ideas. Hoy ya no estoy en condiciones de aceptar cosas que vayan en contra de mis convicciones. No califico ni descalifico a los que piensan distinto, pero no voy a estar al frente de una DAIA que defiende lo indefendible: que sigue al lado de un juez que actuó en forma vergonzosa y de fiscales que fueron sus cómplices. De una vez por todas hay que decir que se actuó mal y que se hizo una cosa peor que la otra. Por lo tanto únicamente reasumo como presidente si se acepta que la mesa ejecutiva esté integrada en su mayoría por personas que piensan de esta manera y si empezamos a actuar en forma muy distinta”.
Después de un debate de cuatro horas, el Consejo aceptó las propuestas de Lewi, lo que significa que no estarán en la mesa ejecutiva los dirigentes que el presidente considera son “responsables del manejo que ha tenido la DAIA en los últimos tiempos, están en una línea ideológica adversa a la mía e incluso hicieron campañas internas y externas en mi contra”. Esto significa que el lunes próximo Lewi presentará ante el Consejo –un organismo que no se puede alterar porque fue votado– un listado de diez dirigentes para formar esa mesa ejecutiva en la que noestarán ni Kirszembaum ni Toker, aunque seguramente habrá cierta variedad ideológica.
Uno de los puntos clave es el acto del 10º aniversario del atentado contra la AMIA, el 18 de julio próximo. La agrupación Familiares de las Víctimas ya había decidido no participar en ningún acto encabezado por la DAIA, justamente por las discrepancias que venían arrastrando respecto de la investigación del atentado, pero también por los manejos de los últimos tiempos. Lewi adelantó que se reunirá con Familiares para intentar revertir esa postura y se encontrará con los dirigentes de la AMIA para realizar un acto unitario.
La estruendosa confrontación dentro de la DAIA se veía venir. Beraja fue muy cuestionado por su acercamiento al menemismo, por la debilidad de las críticas a la investigación del atentado y por ligar demasiado la administración de su banco, el Mayo, con la representación de la comunidad judía, al punto que su abogada personal, Marta Nercellas, es también la abogada de la DAIA. Hoy Beraja está preso porque se le imputa asociación ilícita y numerosos fraudes en la caída del Mayo. Pero al mismo tiempo sus hombres habían tomado el control de la DAIA debido a la enfermedad de Lewi y pese a que habían perdido la elección de 2003. Con el regreso de Lewi, esa situación anómala se reencaminaría.

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Gilbert Lewi, aquejado por una dura enfermedad, estuvo fuera de la presidencia por mucho tiempo.
 
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