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La presentación en sociedad fue el lunes en el Teatro Maipo, pero de riguroso sport: la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina ya es una realidad. Y a su flamante comisión directiva no le faltan nombres propios: Norma Aleandro (presidenta), Marcelo Piñeyro y Cecilia Roth (vicepresidentes, aunque Roth no pudo asistir), Pablo Bossi (secretario), Pablo Rovito (tesorero) y los vocales Mercedes Alfonsín, Félix Monti, Luis Puenzo, Pablo Trapero, Daniel Burman y Leo Sbaraglia (los últimos dos no asistieron con aviso). La Academia se lanzó con más dudas que certezas, pero con la determinación de crear un espacio autónomo del Incaa representado transversalmente por sus integrantes.
No quedó claro qué otras funciones tendrá la institución, además de la entrega de un premio que todavía no tiene nombre y la elección del film que representará al país en las ceremonias del Oscar de Hollywood y el Goya madrileño. Pero siguiendo los modelos de Estados Unidos y España, la nueva institución se propone fomentar el desarrollo cinematográfico y promover un archivo audiovisual. “Hasta fin de septiembre tenemos tiempo para elegir la película que competirá por el Oscar. Vamos a hacer privadas para que los integrantes podamos ver las películas argentinas”, explicó Aleandro, estrenando su título de máxima responsable de la entidad.
“A raíz de la inexistencia de una Academia –continuó la presidenta–, hasta ahora el Instituto de Cine y Artes Audiovisuales armaba una comisión que elegía la candidata.” Así, en el pasado, siempre hubo polémicas sobre la elección de los films que representaban al país, tal el oprobioso caso de Manuelita. El director Marcelo Piñeyro (Caballos salvajes y Cenizas del paraíso) remarcó que el primer paso es constituir la Academia y recibir a los interesados. “A partir de ahí, cada rama de la institución trabajará en sus áreas específicas y comunes”, dijo.
Entre las formas de financiación de la asociación civil (que ya recibió la personería jurídica), Piñeyro explicó que se aportará una cuota razonablemente baja como para que no sea inaccesible, pero lo suficientemente alta como para que haya una sensación de pertenencia. “Las academias tienen la capacidad de organizar seminarios, becas y cursos, que también sirven como forma de financiamiento. La televisación de los premios también son útiles y aunque nos planteamos independencia del Estado, también podremos recibir su apoyo”, confesó Puenzo. Según el Estatuto al que accedió Página/12, conformado en base a los estadounidenses y españoles, la Academia podrá recibir subvenciones de personas o entidades públicas o privadas que “no incidan en el espíritu libre e independiente de la Academia”.
Ya confirmaron su participación los actores Luis Brandoni, Mirtha Busnelli, Lito Cruz, Pablo Echarri, Vera Fogwill, Guillermo Francella, Darío Grandinetti, Víctor Laplace, Cipe Lincovsky, Mercedes Morán, Ana María Picchio, Gastón Pauls, Susú Pecoraro, Rubén Stella y Olga Zubarry. También se integran los cineastas Adolfo Aristarain, Fabián Bielinsky, Juan José Campanella, Beda Docampo Feijoó, Alejandro Doria, Carlos Gallettini, Juan José Jusid, Eduardo Mignogna, Héctor Olivera, Sergio Renán, Fernando “Pino” Solanas, Carlos Sorín, Eliseo Subiela y Santiago Carlos Oves, entre otros. Y productores y técnicos: es decir, la comunidad cinematográfica toda. Sintetizando el espíritu de la Academia, Aleandro dijo: “Creo que la gente de cine necesitaba un espacio diferente que nos nucleara, donde nos sintiéramos cómodos para expresar nuestras dudas, crecer, perfeccionarnos. Y aquí estamos todos juntos por primera vez”.
La Academia no reemplazará a organizaciones existentes (asociaciones de directores, de actores, sindicatos), sino que será una entidad transversal, donde cada integrante tendrá un voto. La falta de certezas se debe, según Luis Puenzo (ganador del Oscar por La historia oficial), a que “el logro es haberla formado después de años de intentos”. En la institución,todavía sin lugar físico, están involucrados más de 420 miembros, entre cineastas, actores, productores y técnicos. “Va a tener la vida que podamos darle quienes nos comprometamos a ser miembros, no va a ser distinto de lo que somos y de lo que es nuestro cine. Pero no puedo saber dónde va a llegar ni qué importancia va a tener en el futuro, porque recién empezamos”, expresó Aleandro. Según contó Trapero, no hay un criterio definido sobre el interior. “Quienes se incorporen a la Academia será por méritos, independientemente de dónde habitan”, expresó el director de Mundo grúa y El bonaerense. Por lo pronto, la Academia ya recibió una donación privada: se trata del e-mail aca [email protected], aporte del empresario Bill Gates.