ESPECTáCULOS › CAPITAN SKY Y EL MUNDO DEL MAÑANA
Recuerdos del futuro
Por M. P.
Un curioso juego de nostalgia por lo que nunca fue. A eso parecen dedicarse el capitán Sky y su mundo del mañana, ejes de una fantasía retrofuturista que deja en claro que el futuro ya no es lo que era, y mucho menos el pasado. Aunando una estética pulp rocambolesca y de ciencia ficción, el debutante Kevin Conran cuenta una historia de espionaje de los años treinta, con un héroe llamado Sky y protagonizado por Jude Law, y una heroína que es en realidad una periodista, encarnada por Gwyneth Paltrow. Rodeados de una escenografía animada que los lleva donde nunca estuvieron y hacia lo que nunca existió, el Capitán y su no-tan-amada lucharán contra ejércitos de robots y contra un misterioso villano que recluta por la fuerza a científicos de todo el mundo para un fin secreto.
Siempre se dijo que la próxima revolución de un cine cada vez más lleno de efectos especiales sería la de una película que podría ser realizada por un director que estuviese solo, sentado en su garaje, armado con una computadora. Algo de eso es el film de Conran, una película en la que sólo son reales sus protagonistas, pero en la que los fondos fueron creados por computadora. Sin embargo, ese mundo animado que los rodea aparece tan vacío como si no estuviera ahí y se pudiese ver el estudio donde los actores interpretaron sus papeles ante la cámara, en la más absoluta soledad. Tal vez lo que ayude a vaciar la imagen sea el hecho de que la pareja protagónica, a pesar de su imagen que recuerda los actores de antaño, carece de personalidad.
Con una trama con pocos visos de verosimilitud y pletórica en referencias de todo tipo, las aventuras del capitán necesitan de demasiadas palabras para poder disfrutar sus imágenes. Y resultan asombrosamente carentes de dinámica para una película en la que podría suceder todo lo que la imaginación –y la computadora– de su realizador quisiera, pero que al final parece atrapada en el universo retro que supo construir.