EL PAíS › ROBERTO LAVAGNA Y MARTIN REDRADO EN EL ACTO DE ABAPPRA
La obsesión es que vuelva el crédito
El ministro de Economía y el presidente del Banco Central hablaron de la reconciliación entre los bancos y la sociedad.
Por Claudio Zlotnik
Fue paradójico. Mientras Roberto Lavagna y Martín Redrado destacaban la reconciliación de los bancos con la sociedad, dos pisos más abajo, en la puerta de calle, un centenar de ahorristas hacía un escrache a los financistas y reclamaba por sus dólares. Lograron demorar la salida de funcionarios y banqueros, pero no pudieron ahogar la satisfacción de éstos. El ministro de Economía les adelantó que habrá medidas para fomentar el crédito a las empresas. Y Redrado anunció que quedaron eliminadas las barreras para que las pymes descuenten sus cheques en las entidades financieras.
Lavagna y Redrado formularon los discursos de cierre del acto de Abappra, la asociación que nuclea a los bancos públicos, a los cooperativos y al Hipotecario y que ayer celebró sus 45 años de existencia. El ministro utilizó buena parte de su discurso para hacer un raconto del proceso de salida de la crisis. Y anunció que ahora “se viene una etapa de desarrollo financiero”.
Fue entonces que Lavagna enumeró distintos reclamos a los bancos: que bajen sus costos y que extiendan los plazos de los créditos. “El Estado no les va a pedir dinero. Queremos que (los fondos) fluyan” hacia el sector privado. En rigor, el ministro cometió un furcio y dijo “sector público”, pero al auditorio le quedó en claro que quiso diferenciar la estrategia del gobierno actual con lo que se realizó durante los años ’90, cuando las entidades financieras acumularon ganancias prestándole caro al Estado.
Lavagna prometió que se van a revisar las normas del Banco Central que restringen la cesión de créditos. “Estamos trabajando para ajustar normas de calificación de deudores que nos permitan separar el pasado del futuro”, dijo. Se refería a que los bancos les presten a las empresas con capacidad de repago, en base a su actividad actual, sin dejarse llevar por las malas notas ganadas durante la crisis. En línea con este anuncio, solicitó a los banqueros “compromiso con la producción”.
Otro anuncio que dejó Lavagna fue un anticipo de Página/12. “Estamos trabajando en diversos instrumentos que permitan usos más amplios del CER”, apuntó. La idea que tienen en Economía es que los créditos indexados permitirían alargar los plazos, aunque, al mismo tiempo, los funcionarios reconocen que aún no existiría demanda de esos préstamos por el temor de empresas e individuos a endeudarse a una tasa de interés variable.
En el discurso anterior al del ministro, Redrado fue el encargado de informar las nuevas medidas. Dijo que se eliminaban las trabas para que las empresas puedan descontar sus cheques en los bancos, por ejemplo, el aforo que en muchas oportunidades les hacen depositar a las compañías. De ahora en más será suficiente con que la empresa califique en dos entidades financieras. Con esas dos cuentas abiertas y en orden, cualquier banco podrá descontar el cheque de una pyme.
Redrado volvió a demostrar la preocupación oficial en que se reactiven los préstamos de largo alcance. Señaló que, tras la sanción de varias normas que ayudarían a ese fin, en las próximas semanas se aprobará las Obligaciones Negociables (títulos de deuda) ajustables con la inflación. Este instrumento, destinado a los inversores institucionales como las AFJP, permitiría el fondeo de largo plazo. También se ajustarán diversas normas que les permitirán a los bancos liberar previsiones y ratificó que una empresa que refinancie su deuda pasará a estar calificada en “situación normal” en lugar de “situación en problemas”. Esta mejora la transformará en sujeto de crédito.
Al finalizar las exposiciones de los funcionarios, los banqueros aplaudieron con entusiasmo. Incluido Carlos Heller, presidente de Abappra, quien a la mañana, en el inicio de la jornada, había reclamado urgentes medidas para rehabilitar el crédito de largo plazo, en especial para las pequeñas y medianas empresas. “Sólo el 3,4 por ciento de los deudores del sistema recibe el 84 por ciento de los préstamos”, señaló Heller.