ESPECTáCULOS › EMPEZO EL FESTIVAL DE MAR DEL PLATA
Maratón para cinéfilos, pero con alfombra roja
Los amantes del cine podrán elegir desde hoy entre la oferta de dieciocho salas. Curiosos y allegados tendrán su noche de gala, con música e invitados.
Por Martín Pérez
Con el hotel principal del evento totalmente ocupado, con los pasillos (y las computadoras) de la sala de prensa llenas y con Adrián Suar anunciado para integrar esta mañana el panel de una charla sobre éxitos de taquilla, es difícil recordar aquellos tiempos –no tan lejanos, por cierto– en los que el Festival de Mar del Plata parecía no interesarle a nadie. En el tercer año de la sensata dirección del cineasta jujeño Miguel Pereira al frente del evento, el festival de cine más antiguo de Latinoamérica ha recobrado los brillos de antaño. No es necesario ir muy lejos para recordarlos. Apenas una década atrás, cuando el mundo del cine se encolumnaba detrás del magno evento reinventado por la gestión de Mahárbiz al frente del Instituto de Cine. Claro que luego el evento fue opacándose en silencio, con incluso algún que otro boicot de los actores en el ocaso de la gestión menemista. Pero ésos eran otros tiempos. Con el festival porteño de obligado recambio, Mar del Plata es hoy decididamente el hall de ingreso al mundo de cine local, y por eso es que aquí están todos nuevamente. Con los hoteles ocupados, los pasillos llenos y Suar hablando de éxitos de taquilla. Y, por supuesto, y para no olvidar la excusa por la que estamos todos acá, con toda clase de películas para descubrir en los cines.
Anoche, en la apertura del festival, se exhibió una y sólo una película, como es costumbre. La elegida fue Las tortugas también vuelan, del iraní Bahman Ghobardi, premiada en Rotterdam y Chicago y seleccionada para representar a Irán en los Oscar. La elección parece extraña, teniendo Mar del Plata en esta dirección realista de Pereira la idea de ser un puente entre Latinoamérica y Europa. Pero todo queda bien claro cuando se toma en cuenta que Las tortugas... fue la gran ganadora del último Festival de San Sebastián y ya han sido adquiridos sus derechos para su estreno local. Pero luego de esa apertura solitaria, hoy es la bandera de largada para los cinéfilos, que podrán elegir entre la oferta de dieciocho salas (distribuidas en once cines). O, mejor dicho, diez, porque el Auditorium estará hoy dedicado por completo a un evento nocturno de alfombra roja –y televisión en directo– llamado La gran fiesta del cine argentino. Además del desfile de estrellas y el recuerdo del vigésimo aniversario de Esperando la carroza, se anuncia la actuación de León Gieco y también la presencia de Cristina Kirchner para entregarle a Federico Luppi el Astor de Oro a su trayectoria.
A la hora de recorrer la amplia –y a veces esquizofrénica– oferta del primer día abierto al público del festival, los rockers tempraneros podrán darse el gusto de ver Isi/Disi (Neptuno, 13.30), la película en la que Santiago Segura vuelve a ser un heavy como en El día de la bestia. Pero esta vez, y como su nombre lo indica, homenajeando a AC/DC en vez del maligno. La función inaugurará la sala Neptuno, dedicada a lo mejor del cine español. Este decidido embanderamiento de algunas salas con una sección permite guiar a quienes decidan probar suerte con la muestra del cine de Asia Central –la mejor reencarnación del espíritu de Contracampo– hacia el Cinema 1. No todas las salas tienen un destino manifiesto, sin embargo. Aunque no todo es historieta en Del Paseo 1, allí es donde a las 17 se puede ver el estreno de Tintin et moi, un documental danés en el que Hergé responde sobre su creación.
Pero las grandes sorpresas del día llegan por la noche, por un lado por parte de la acertada sección Cerca de lo Oscuro, dedicada al cine oriental (y que ha tomado el cine Atlas), que a partir de esta medianoche comienza a exhibir la serie de tres películas titulada Infernal Affairs, un clásico de culto del cine de acción de Honk Kong. Pero quienes curioseen continentalmente más cerca podrán probar con Cazuza, O tempo nao para, la biografía del trágico rocker de la escena musical brasileña de los ochenta, el gran suceso cinematográfico del año pasado en Brasil. Sandra Werneck y Walter Carvalho es la dupla de directores al frente de una película que recrea la escena carioca de los ochenta, de la que emergió triunfal Cazuza primero al frente del grupo Barao Vermelho, y luego como un solista cuya carrera terminó abruptamente, víctima del sida. Tanto la biografía trágica de su protagonista como la trayectoria exitosa de la película tienen mucho en común con Tango feroz, pero la escena musical brasileña se ha encolumnado en la defensa del film, con Caetano Veloso a la cabeza.