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“Los músicos argentinos son expertos en blues”

El armoniquista Bruce Ewan cerrará esta noche una serie de actuaciones junto a Miguel Botafogo, en un dúo internacional que ya parece de años.

Por Cristian Vitale

“Salimos a comprar con mi mujer... ya casi no tenemos ropa.” Irónico y locuaz, el bluesman Bruce Ewan ensaya entre risas una explicación por su retraso en la entrevista con Página/12: sus bolsillos estaban dulces. Es la cuarta vez que viene al país y sus dólares valen mucho más. Sin embargo, no pasa por alto el detalle. “Es muy triste lo que está pasando aquí, pero yo quiero tocar en Argentina, en cualquier tiempo y de cualquier manera, porque lo mío no pasa por el dinero sino por llevar mi música a la gente. Es más una cuestión del alma... por supuesto que la música es más importante que el dinero”, dice, tratando de disimular una sensación ambigua acerca de la situación. Pese a ello, él y Julia –su mujer, fotógrafa de The Washington Post– están maravillados con la pampa. Dicen que la gente “es feliz y agradable”, que los paisajes son hermosos y, sobre todo, admiran el ambiente musical. “Los músicos argentinos tienen alma. Tocan mejor blues que en otras partes del mundo, porque comprenden su historia y se sienten compenetrados con ella. Son muy originales, increíbles.” Claro que el objeto de la visita no es comprar ropa barata ni comer asado. Bruce Ewan llegó para tocar la armónica junto a su entrañable amigo Miguel Botafogo. “En mis anteriores viajes siempre había tocado en la Capital, hasta que en 2000 Botafogo me llevó a conocer lugares como Rosario, Villa María –donde tocamos con Pappo y Luis Robinson–, La Plata, Mendoza, Tierra del Fuego y Río Cuarto. Es un país bello, sofisticado, muy apropiado para el blues”, insiste el armoniquista, que se presenta hoy en Betty Blues, Alicia Moreau de Justo 2070.
Ewan tiene 44 años, y hace 31 que toca blues. Claramente influido por su abuelo de 91 años, un pianista de jazz de los 30, a los 18 formó su primera banda junto a su hermano Bobby Radcliff. Después tomó el camino de todo blusero, Chicago. Allí, en el segundo lustro de los 70, vivió el momento más enriquecedor de su carrera. “Compartí escenarios con monstruos del blues como John Lee Hooker, algunos miembros del grupo de Muddy Waters, Albert Collins, Carey Bell y Sonny Boy Slim”, dice, remarcando las experiencias que lo llevaron a formar su propia banda, The Solid Senders, con la que se presenta como un fiel y respetuoso exponente del blues ortodoxo de los 40 y 50. Esa postura queda bien clara en el notable disco en vivo Big Wilson with Bruce Ewan & The Solid Senders Live at the Blue Note, editado en 2000. “Con mi grupo hacemos blues puro y recorremos el mundo. Nuestra intención es que tipos como Muddy Waters o Sonny Boy Williamson no caigan en el olvido como les pasó en otros tiempos”, declara.
La compulsión de Ewan a viajar tiene que ver con los rasgos de su ciudad natal. Washington no es una ciudad de blues. Muchas veces, los músicos tienen que emigrar. “La escena de blues en Washington no es importante. Pero hay buenos intérpretes acústicos. No hay que olvidar que hombres como Son House, Leadbelly y Mississippi John Hart vivieron en Washington durante el Folk Blues Revival de los 60. Calculo que hoy existen unos cien grupos tocando cada noche en pubs de la ciudad. Pero es muy difícil ganar un sueldo para vivir, muchos tienen que tocar 300 noches por año para poder comer. Los demás tocan los fines de semana y trabajan los demás días. Hay dos clases de bluesman: las estrellas como BB King o Buddy Guy y los que hacen lo que pueden. En mi país, hace unos años, tocar blues era considerado algo pasado de moda. Hoy no es tan así”, detalla.
El tándem Botafogo-Ewan ya puede considerarse un dúo hecho y derecho, un ensamble de sonidos que juega de memoria en cada show. El repertorio se basa en clásicos como “Oopin doopin doopin”, “One of these mornings”, “Shake your boogie”, “Early in the morning” y “My babe”. Entre ciudad y ciudad, Ewan se toma un respiro para analizar y adentrarse en los músicos de blues regionales. Habla con total conocimiento sobre una banda desconocida: “Los Sucios Perros de Córdoba son impresionantes”, comenta, y no ahorra alabanzas para los consagrados. “Pappo es un maestro, igual que Luis Robinson, Rubén Gaitán y Adrián Jiménez.”
–¿A qué músicos argentinos admira fuera del género?
–Astor Piazzolla es uno. Es inevitable no mencionarlo. Y después, estas tierras dieron dos músicos excelentes que en Washington son muy respetados: el Gato Barbieri y Oscar Alemán.

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“Yo quiero tocar siempre en Argentina”, dice Bruce Ewan.
 
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