ESPECTáCULOS
Un publicista apto para todo terreno
Luego del demorado estreno de ¿Sabés nadar?, el próximo proyecto cinematográfico de Diego Kaplan será un largometraje de época, a rodarse con los viejos equipos de Argentina Sono Film. “Quiero hacer una película de aliento épico. Ese es el peor vicio de la publicidad, que terminas pensando siempre en grande”, confiesa Kaplan, cuyo proyecto contará la historia del mejor bailarín de tango argentino, quien con una ascendente carrera de estrella de cine se enamorará de una manera trágica y perversa con una extra española. Pese a semejante proyecto, en realidad los próximos pasos de Kaplan seguirán vinculados con la publicidad: el pasado fin de semana rodó una nueva publicidad de Axe, y luego le tocará el turno a Coca-Cola. A pedido de Página/12, el realizador accedió a recorrer el detrás de la escena de tres cortos publicitarios elegidos como los mejores de su carrera por él mismo: el del chino de Rexona, el de Georgio y Mario, los pizzeros de Axe y el del nene que no quiere un hermanito, de Telecom.
“Lo que más me gusta de la publicidad de Rexona es el protagonista, que es el auténtico Power Ranger azul. Todos tienen truca en el comercial, menos él, que hace todo lo que se ve en el comercial. Y muy bien. De hecho, en la secuencia donde está peleándose dentro del taxi y le saca los anteojos al acompañante porque no le pega a una persona con anteojos, le tuve que pedir que hiciese ese movimiento más lento porque si no no lo tomaba la cámara. De la de Georgio y Mario la mejor anécdota es que para que vayan a las pizzerías elegí todas modelos divinas. Pero tenían que estar histéricas, y no funcionaba. Así que contraté a un stripper del Golden y lo puse a la derecha de cámara. Cuando llegó el momento de la toma el pibe empezó a hacer lo suyo y cuando las minas vieron la chaucha del chabón empezaron con los gritos más histéricos que se hayan filmado en la publicidad argentina. Y de la del nene de Telecom lo único que puedo decir fue que ganó un premio como el mejor comercial del mundo, por sobre trabajos de monstruos como Jonathan Glazer y Spike Jonze. Pero creo que lo que gustó de ese comercial es que en él hay un mundo en un minuto.”