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La reunión de conciliación entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem parece condenada al fracaso; el congreso de Parque Norte va camino a ser objetado en la Justicia como casi todos los pasos que se han dado en la guerra entre el Presidente y el riojano; se vendrán fallos y apelaciones respecto de las internas abiertas e incluso de las elecciones del 30 de marzo y la pelea amenaza seguir como si fueran dos boxeadores pesados, cansados, que están agarrados todo el tiempo y nadie sabe quién ni cómo meterá el golpe de knock out. Por supuesto, no faltan los que dicen que el árbitro del último round será la Corte Suprema y allí unos sostienen que el triunfo de Menem está cantado y los otros aseguran que arderá Troya. Unos pocos evalúan que en la Justicia no se arreglará nada, que todo tardará una eternidad y que la victoria o la derrota deberán definirse en el Parlamento. Tampoco allí hay quien asegure que tiene los diputados o senadores para cantar la victoria final.
El capítulo inmediato de la guerra será la reunión de conciliación pedida por el fiscal Jorge Di Lello y convocada por la jueza María Romilda Servini de Cubría. Menem anunció que se hará presente junto a Rubén Marín, titular del Consejo Nacional del PJ (el riojano está en uso de licencia). Duhalde no irá, argumentando que renunció como presidente del Congreso del PJ. En verdad, los duhaldistas sostienen que Servini es parte del aparato de Menem y por lo tanto no están dispuestos a seguirle el juego. Algunos proponen directamente recusar a la magistrada, otros tienen la idea de enviar a la reunión de Tribunales a un apoderado o un representante del congreso de Parque Norte.
Como la conciliación no es obligatoria y menos todavía lo es encontrar puntos de acuerdo, lo más probable es que del encuentro de mañana no salga nada. Los del Consejo mantendrán sus decisiones de convocar a elecciones el 15 de diciembre y el Congreso convocará a un nuevo congreso para barrer con el menemismo y su cronograma. Habrá que ver si Servini se anima a bochar ese segundo congreso.
Los pasos que se vienen son los siguientes:
- La jueza deberá resolver quién tiene razón en la pelea, si el Consejo o el congreso, y su pronunciamiento se dará en el marco de una batalla campal. Según algunos cálculos, su resolución tardará al menos un par de semanas, o sea que estará a mediados de noviembre.
- Después de eso vendrá la apelación y tendrá que tomar una decisión la Cámara Nacional Electoral. El cálculo es que ese tramo puede tardar al menos dos semanas más, o sea en diciembre.
- La cuestión del Consejo o el congreso llegarán a la Corte, aunque tal vez con un recurso de queja porque la Cámara puede considerar que sus decisiones en materia electoral son inapelables. Todo esta parte puede llevar semanas y más semanas, adentrándose el trámite en el 2003.
Pero esto no es lo único que deberá tratar la justicia. Hay más conflictos en danza:
- Todavía queda por resolver las internas abiertas originales que fueron suprimidas por Servini. El fiscal ya apeló pero el expediente todavía no llegó a la Cámara Electoral pese a que el fallo de la jueza se conoció hace tres semanas. Es muy posible que la Cámara revoque el fallo de Servini porque considera que un juez no puede resolver la inconstitucionalidad de una ley y que el fallo en todo caso está referido a un solo ciudadano, el que consideró lesionado sus derechos. Todo el tema de las internas abiertas, también puede terminar en la Corte.
- La decisión de más envergadura está referida a las elecciones generales del 30 de marzo. Servini va a resolver dentro de las próximas dos semanas si vale o no la convocatoria a esas elecciones generales. Si considera la convocatoria inconstitucional, las elecciones quedan en el aire. Si convalida el llamado, habrá apelación y, otra vez, el tema recaerá en la Cámara Nacional. Este tribunal posiblemente se expida en el mismo sentido que la mayoría de los constitucionalistas: Duhalde no puede convocar a elecciones que no sean dentro de los dos meses anteriores a diciembre de 2003, cuando vence el mandato que dispuso la Asamblea Legislativa. Esto también terminará en la Corte.