ESPECTáCULOS
Caballo de cartón
Cada mañana bostezas, amenazas al despertador
y te levantas gruñendo cuando todavía duerme el sol,
mínima tregua en el bar, café con dos de azúcar y croissant,
el metro huele a podrido, carne de cañón
y soledad.
Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal.
¿Dónde queda tu oficina para irte a buscar?
Cuando la ciudad pinte sus labios de neón
subirás en mi caballo de cartón.
Me podrás robar tus días... tus noches no.
Qué buena estás corazón, cuando pasas grita
el albañil
el obseso del vagón se toca mientras piensa
en ti,
la voz de tu jefe brama “éstas no son horas
de llegar”
mientras tus manos archivan tu mente empieza
a navegar.
Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal.
¿Dónde queda tu oficina para irte a buscar?
Cuando la ciudad pinte sus labios de neón
subirás en mi caballo de cartón.
Me podrás robar tus días... tus noches no.
Ambiguas horas que mezclan al borracho
y al madrugador,
danza de trajes sin cuerpo al obsceno ritmo
del vagón,
hace siglos que pensaron: “las cosas mañana irán mejor”
es pronto para el deseo y muy tarde para
el amor.
Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal.
¿Dónde queda tu oficina para irte a buscar?
Cuando la ciudad pinte sus labios de neón
subirás en mi caballo de cartón.
Me podrás robar tus días... tus noches no.
J. Sabina