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Por C. H.

Entre los teatristas, los últimos días de la fiesta coincidieron con una especie de revuelo general. La causa fue el conocimiento, por parte de los representantes de las provincias, del borrador del decreto destinado a establecer la tan esperada autarquía financiera del Instituto Nacional del Teatro. En el acto de apertura de la fiesta, el secretario de Cultura de la Nación, Rubén Stella, adelantó que la firma del decreto de autarquía del INT era cuestión de horas. Días después, cuando el borrador del decreto comenzó a circular entre los teatristas participantes, se llamó a asamblea general. El punto conflictivo es el artículo que establece la creación de la figura de un presidente que centralizaría todo el poder de decisión en sus manos “vulnerando el carácter colegiado, federal y representativo de la ley original”, según se afirmó durante la asamblea. “Los representantes del teatro de todas las provincias –parte del texto del comunicado que se acordó leer luego de cada función– nos oponemos férreamente a la firma de un decreto que, con la excusa de lograr la autarquía de nuestro Instituto, le quita a la comunidad teatral de todo el país el gobierno de su Instituto”. Ausente de Mendoza desde el jueves, Paolantonio conversó telefónicamente con Página/12: “Es cierto que la figura de un presidente para el INT asusta –admitió el director–, pero responde a una nueva modalidad que se busca implementar en todos los entes públicos no estatales –como el PAMI o el Incaa– para agilizar y mejorar su performance”. Paolantonio también dijo que “este proyecto separa lo ejecutivo de lo colegiado, derivando las funciones ejecutivas hacia la dirección y las políticas atinentes a los subsidios, al consejo de dirección. No existe en ninguna parte del mundo un órgano colegiado que pueda cumplir su gestión con sus miembros residiendo a tantos kilómetros”.