ESPECTáCULOS
Raymundo Gleyzer en el Lejano Oriente
Por primera vez en la historia de Yamagata, un film argentino participa de la muestra oficial competitiva. Se trata de Raymundo, el documental de Ernesto Ardito y Virna Molina que rescata la vida y la obra de Raymundo Gleyzer, el cineasta argentino desaparecido en mayo de 1976, a dos meses de iniciada la dictadura militar. La película de Ardito y Molina no tuvo aún estreno comercial en Buenos Aires, pero ya circuló en Argentina por distintas muestras y festivales, con su revalorización no sólo del cine militante de Gleyzer (autor de ese film fundamental de los años ‘70 que fue Los traidores), sino también de toda una época en la que el compromiso político parecía indisoluble de la vida cotidiana. El público de Yamagata recibió la película no sólo con calidez (“Sentí a Raymundo como a un amigo”, confesó un espectador en el debate que siguió a la proyección) sino también con una notable dosis de información propia. Algunos quisieron saber hasta qué punto la Iglesia Católica participó, por acción u omisión, en la represión ilegal, y otros se interesaron por la anulación de las llamadas “leyes de impunidad”, a partir del final del film, que identifica con nombre, apellido y dirección a los culpables directos del secuestro y la desaparición de Gleyzer, que habría pasado los últimos días de su cautiverio en la celda contigua a la del escritor Haroldo Conti. “Tenemos el mejor de los públicos”, se enorgullecía luego Kazuyuki Yano, el director de Yamagata, en diálogo con Página/12. Para Yano –que a lo largo del año organiza regularmente en la ciudad ciclos de revisión y de preestrenos–, “el festival está decidido a romper los prejuicios que todavía hay sobre el cine documental. Por eso nuestra programación está abierta a la diversidad de formas del documental, que van desde el film de investigación, como Hibakusha, hasta aquellos trabajos en primera personal singular, como los de Naomi Kawase, o los que vinculan el pasado con el presente, como Raymundo”.