ESPECTáCULOS
“Lo que daña es la fama”
Por Mariano Chihade *
Todos los participantes se anotan de motu proprio y se pueden ir cuando quieren. Cuando no logran quedar en la TV, les agarra esta bronca y empiezan a demandar patrocinados por abogados picapleitos que donde pueden meter un quilombito lo hacen; pasa en todo el mundo y es inevitable. Cuando uno hace un casting, busca una diversidad: no busca un tonto, una carilinda y un feo. Después si alguien queda como gay, es su responsabilidad: la edición no puede determinar la sexualidad de una persona. Cuando aparece un villano: es real; no está prefabricado. En todo caso, es el encierro el que potencia todas las cualidades, y lo que se ve son atributos llevados al extremo, pero no una mentira.
Yo tengo la conciencia tranquila: en “Gran Hermano” y “Confianza ciega” no buscamos beneficios, no manipulamos audiencia y elegimos a gente mayor, consciente de sus actos, para participar. Sabían lo que hacían, y sabían cuál es el costo de ser famoso, y así y todo decidieron entrar: el que quiere celeste que le cueste. O mejor: calavera no chilla. Lo que pasa es que ellos apostaban a permanecer en televisión, pero no todos tienen el talento. La tele te da y te saca. Cuando algo es nuevo o desconocido pasan estas cosas: pero nunca se nos fue de las manos. Yo relativizo todo lo que está pasando: las demandas no tienen fuerza, y no ponen en peligro la continuidad de los realities. Y que les quede bien en claro que lo que daña no es “Gran Hermano”; es el peso de la fama.
* Director Artístico de Endemol.