ESPECTáCULOS
Perseguido por McCarthy
Arthur Miller nació en Nueva York en 1915, en el barrio de Harlem. Sus padres, judíos provenientes de Austria, se ocupaban allí de un pequeño comercio. Quienes indagaron en sus obras dicen que no pasó del marco histórico de su época, aun cuando buscó temas en 1622 (se refieren a la inquisición en Las brujas de Salem y a su metafórica relación con la persecución macartista). Fue calificado, quizá pomposamente, de “padre” de la dramaturgia norteamericana, como Eugene O’Neill, Edward Albee y Tennessee Williams. Mostró coherencia en su compromiso progresista con el entorno. Uno de los hechos más recordados fue su intransigencia frente a las presiones y la persecución que en los años ‘50 ejerció sobre políticos y militantes de izquierda, intelectuales y artistas el Comité de Actividades Antinorteamericanas del Congreso, con el senador Joseph McCarthy a la cabeza. Miller influyó en la dramaturgia de creadores de numerosos países, entre otros la Argentina. Después de un período de silenciamiento en su país, adquirió nueva presencia en el teatro neoyorquino cuando éste revalorizó la palabra, en la década del 80, sobre todo con obras de David Mamet y Sam Shepard. Numerosas piezas de Miller fueron trasladadas al cine e interpretadas por famosos como Dustin Hoffman y Marilyn Monroe, con quien el ensayista y dramaturgo se casó en 1956, separándose en 1961. Entre sus obras más representadas se encuentran Todos eran mis hijos (1947), La muerte de un viajante (1949) y Las brujas de Salem (1953), cuyo título original The Crucible fue desplazado por el que propuso el novelista, dramaturgo y cuentista Marcel Aymé en su traducción al francés.