SOCIEDAD

En Gran Bretaña una de cada cuatro mujeres elige una vida sin hijos

El dato fue revelado por un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas, que mostró otros cambios sociales: un 26 por ciento de mujeres se casa con hombres más jóvenes que ellas.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

Una de cada cuatro mujeres británicas dice no a la maternidad. Según el informe anual de Tendencias Sociales de la Oficina Nacional de Estadísticas, un 22 por ciento de las mujeres de Gran Bretaña decidieron que la vida es mejor sin hijos. Una radical redefinición del rol femenino, una mayor inserción laboral y la revolución de métodos anticonceptivos de las últimas décadas son las causas citadas por demógrafos, psicólogos y sociólogos para explicar esta ruptura con la teoría de un universal, eterno e inevitable instinto materno.
La tendencia hacia una vida sin hijos –sin bebés, sin pañales, sin escuelas, sin asombro infantil– se detectó por primera vez en la década de los 80. En comparación con las mujeres de hace medio siglo la diferencia es evidente. Durante la década del 40, marcada por la devastación de la Segunda Guerra Mundial, sólo un 9 por ciento de las mujeres decidían que su destino personal no estaba ligado a la maternidad. La liberación femenina de las últimas décadas ha cambiado este modelo y con él la relación hombre-mujer. En los 60 las parejas se casaban a los 23 o 24 años, tenían hijos poco después y el porcentaje de personas que cohabitaban era muy bajo. El informe anual de la Oficina Nacional de Estadísticas marca que la edad promedio de las bodas se sitúa hoy a los 28 años, mientras que para el primer bebé son los 30.
Según Lynda Clarke, demógrafa del London School of Hygiene and Tropical Medicine, esta postergación se convierte muchas veces en una alternativa a la maternidad. “Un 80 o 90 por ciento de las mujeres piensan que tendrán hijos más tarde. Tienen trabajo, tienen independencia económica, de modo que postergan esos pasos que en épocas previas se tomaban mucho antes. Muchas veces, lo que pasa es que de golpe llegan a los 40 y se dan cuenta de que se ‘olvidaron’ de la maternidad. También ocurre que ya no encuentran a la persona adecuada o se relacionan con alguien que tiene hijos de relaciones previas. Lo cierto es que con los métodos anticonceptivos actuales muchas veces la pregunta que se hace la gente es por qué tener chicos. Exigen un fuerte compromiso, sacrificio y costo financiero”, señaló Clarke.
Un caso típico es Denise Orita, una londinense de 39 años. “Nunca quise tener chicos. Siempre me dijeron que ya cambiaría. Otros pensaban que era gay. Cuando conocí a mi actual marido lo pensé, porque es algo que forma parte de las posibilidades de una pareja. Pero él era como yo y decidimos que no. No necesito tener hijos para probar que soy una mujer”, señaló Orita al dominical The Observer.
Esta actitud individual se acompaña con un cambio colectivo respecto de la maternidad. En una sociedad que abre cada vez más espacios a la diversidad sexual y a la pluralidad de elecciones vitales, ya no hay lugar para el viejo estigma que pesaba sobre mujeres que no tuvieron hijos y que equiparaba sus vidas a un páramo estéril. “Hay cada vez más tolerancia a la diversidad, la sexualidad y muchas otras cosas. De modo que estos resultados hay que situarlos en el marco de transformaciones más amplias y profundas”, interpretó Kaye Welllings, especialista en Salud Sexual y Reproductiva del London School of Hygiene.
Estos cambios a nivel individual y cultural se reflejan en otro de los aspectos que revela el informe anual de Tendencias Sociales de la Oficina Nacional de Estadísticas. La diferencia de edad de las parejas ha variado. Hoy un 26 por ciento de mujeres se casan con hombres más jóvenes. En muchos casos se trata de mujeres que se casan más tarde porque dan prioridad a su carrera profesional y que una vez conseguida la seguridad económica se inclinan por una pareja de menor edad.
Según algunos especialistas, esta mayor independencia femenina está afectando las relaciones de pareja. “Hace unos siete años el tema de los hijos no era importante en una pareja. Esto ha cambiado. Y el problema es siempre el mismo. Las mujeres no quieren hijos y los hombres sí los quieren. La crisis surge generalmente cuando las parejas llegan a los 30 y el hombre quiere tener hijos. El problema es que para tener hijos la mujer tiene que sacrificar su carrera”, señala Denise Knowles, terapeuta de parejas. No sólo las mujeres están demorando la edad de procreación. El estudio perfila una tendencia cada vez más clara a tener solo un hijo. De acuerdo con las proyecciones del estudio, en la próxima década el promedio será de 1,74 por pareja. Es el porcentaje más bajo desde que se miden estos fenómenos. A principios de los 80 era un poco más de dos. La norma de la posguerra era de alrededor de tres.
De no cambiar esta tendencia, los demógrafos calculan que a partir del 2040 la población británica empezará a decrecer. Según un informe gubernamental, esta tendencia, conjugada con una población que vive cada vez más años, podría tener un grave impacto económico, tanto en la productividad nacional como en el sistema jubilatorio, que empieza a partir de los 65 años.
Sumado a la crisis del sistema privatizado de pensiones, los sociólogos creen que los cambios en el sistema jubilatorio son inevitables. Este año el gobierno alertó a la población sobre el problema y comenzó a ofrecer incentivos para que se pudiera posponer la edad de jubilación. El problema es que en este campo como en otros, la tendencia apunta en dirección a un mayor hedonismo: la mayoría de los británicos quiere retirarse en lo posible antes de los 65 años.

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Durante la década del ‘40, sólo un 9 por ciento de las mujeres británicas rechazaba la maternidad.
 
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