ESPECTáCULOS
La dedicatoria a las Madres
En sus recordadas presentaciones en el Luna Park, en 1995, Antonio Gades realizó una excelente coreografía de Fuenteovejuna, el clásico de Lope de Vega. Pero más allá del espectáculo, hubo un momento muy emotivo cuando pidió silencio al público y, a voz en cuello, remarcó: “Vamos a nombrar las cosas por su nombre: dedicamos esta función a las Madres de Plaza de Mayo... y a los asesinados”. La respuesta fue un aplauso atronador. Estaba haciendo Fuenteovejuna, la historia de un grupo de campesinos que, en el medioevo español, se alzó en armas contra un comendador, “en defensa de la honra de las mujeres y el honor de sus hombres”. “Para mí, Fuenteovejuna es un grito de solidaridad”, dijo.