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Su última grabación, recién editada localmente por Warner, está dedicada, precisamente, al conjunto de 24 preludios y fugas que tocará hoy en el Teatro Colón: el primer libro del Clave bien temperado de Johann Sebastian Bach. Ya antes, Daniel Barenboim había grabado uno de los monumentos contrapuntísticos de Bach –las Variaciones Goldberg– y en esa ocasión el Colón había sido, directamente, el coprotagonista: el álbum de dos CDs había sido grabado en vivo durante sus conciertos en esa sala que el pianista, citando la correspondencia entre dos de los grandes directores de orquesta del siglo XX, Wilhelm Furtwaengler y Sergiu Celibidache, califica como “milagro acústico”. Entre sus registros como pianista son fundamentales los de las sonatas de Beethoven (para Universal) y, en Teldec, el de música de Schönberg (que se completa con música para orquesta del mismo autor) y una verdadera joya, el que lo reúne con otro gran pianista, Radu Lupu, haciendo la formidable Sonata D 812 y otras obras a cuatro manos de Franz Schubert. Como director de orquesta, Barenboim ha realizado versiones de referencia de las Sinfonías de Anton Bruckner y de Ludwig van Beethoven (en Teldec). Otro autor con cuyo lenguaje demuestra una singular empatía es Richard Wagner, y a una excelente Tetralogía suma unos Maestros cantores de gran nivel y una de las lecturas conceptualmente más claras (y más perfectas en cuanto a la definición de planos instrumentales) de Tristán e Isolda. Sus interpretaciones de las óperas Wozzeck de Alban Berg y Elektra de Richard Strauss son, por otra parte, hitos en el repertorio.