ESPECTáCULOS
El lapsus
“Me acuerdo de dos situaciones divertidas con Julio. Una vez que bailábamos Giselle en el Metropolitan, la primera acción que yo tenía que realizar era únicamente abrir una puerta, sin bailar. La abrí y mi cuerpo siguió de largo: me caí deslizándome de cara al suelo sobre el escenario. Otra vez, durante el pas de deux de Manon, se me cortó el bretel de mi traje y se me bajó el corset. Tenía que seguir bailando porque no podía interrumpir. Entonces continué igualmente con la coreografía, como si nada, pero con un pecho al aire. Con Julio estábamos tentadísimos mientras terminábamos la danza entre risas. Probablemente el público, desde lo lejos, en las butacas y los palcos, no vio demasiado.”