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- El kamikaze de la TV, Luis Ventura, acostumbró a todo: compró y emitió un video robado de la princesa Máxima, publicó cartas privadas de Juan Castro, filmó sin consentimiento el camarín de Luisana Lopilato, le fotografió “un huevo” a Florencia de la V. Se desmadró y lo aceptaron.
- El programa serio promocionó su cámara oculta y filmó clandestinamente al médico Ferriols en su consultorio. Bajo consigna justiciera se desplegó el morbo de verlo haciendo cosas con la travesti. Jorge Rial se lo mostró a la Salomón, su esposa, en vivo, y el festín fue completo: hubo tema para varios meses sin que decayera.
- Los programadores decretaron el fin de los horarios fijos y nació la tiranía de las medias horas, el cambio a último momento, el levantamiento del estreno del 13 (Los secretos de papá) y la reducción de la oferta televisiva sólo para insomnes, con CQC o Locas de amor.
- MTV invitó a su entrega de premios a una delegación criolla y lo que se vio dio vergüencita: Florencia de la V en monólogo sexual canyengue, la Ritó con bombacha sobre el short, Gastón Pauls con remera del EZLN y haciendo chistes verdes sobre la travesti, todos juntos en Miami para fundar –según aguda observación del chimentero– la “embajada del papelón”.