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Marcelo Piñeyro comenzó su carrera cinematográfica haciendo la dirección de producción de La historia oficial de Luis Puenzo, que ganó el Oscar en 1985. Pero su debut como director fue con Tango feroz, la leyenda de Tanguito en 1993, una película que contaba la historia de un mito del rock. El film marcó un momento político y cultural de país, lo fueron a ver casi dos millones de espectadores y contaba con la actuación de Fernán Mirás, Cecilia Dopazo y Leonardo Sbaraglia, quienes volverían a aparecer en varios de sus films. “No sé por qué la gente gusta de mis películas”, diría unos años después.
Como sea, desde entonces pudo mantener su trayectoria, no del todo habitual dentro del cine industrial: exitoso en público y, además, con una fuerte marca autoral. Después de Caballos salvajes (1995), que también se llevó buen recorrido de público aunque menor que Tango feroz, vendría Cenizas del paraíso (1997), ganadora del Goya en España ese año.
Tardó tres años más en llegar a su tercera película, sobre una novela de Ricardo Piglia, Plata quemada (2000), que estrenó con buena repercusión. Kamchatka fue estrenada en el 2002 y cuenta la historia de una pareja durante la última dictadura militar desde la mirada de su hijo. El método Grönholm (en posproducción) será su primera producción eminentemente europea, con algunos de los actores más famosos de España, filmada casi totalmente en estudios, que se estrenará a fin de septiembre en Argentina.