EL PAíS
El foro de Internet, una organización espontánea
La mera idea de “hacer un volante” para difundir las marchas desató un intercambio emocionante entre una masa de jóvenes que, descreídos de todo, buscan darle un sentido a su dolor.
Por Eduardo Fabregat
Nadie podrá acusarlos de ser objeto de manejos interesados, aunque no faltan los buitres que hacen de la muerte una oportunidad. Son los principales afectados por la tragedia de República Cromañón, son esa masa nada silenciosa a la que el rock apela a la hora de las convocatorias, de las cifras de venta, de los festivales grandilocuentes y la mística del show en vivo. Son los mismos pibes zarandeados en la puerta por patovicas muy celosos de que alguien no pase una botella de agua o una cámara fotográfica, pero capaces de hacer la vista gorda frente a un par de barrabravas –que no son exclusivos del fútbol– que traen el fuego para la “fiesta”. Desde el foro en Internet de Callejeros (www.losinvisibles.com.ar, www.el rockdelpais.com.ar), los jóvenes que suelen atestar boliches de toda clase alentados por su pasión están protagonizando un fenómeno de autoconvocatoria y reflexión inédito, un buen indicio de que las cosas están llamadas a cambiar. Y si los responsables políticos y empresariales de tanta muerte no llegan a estar a la altura de lo que se necesita, esta vez las bases no parecen dispuestas a abandonar el protagonismo.
El elemento que aglutina a todos es una mezcla de bronca y dolor, pero por sobre todo la necesidad de accionar. Por eso, desde el 31 de diciembre, los chicos y chicas vienen pasando la voz para darles cuerpo a las marchas de homenaje, protesta y repudio que encontraron ayer una de sus manifestaciones más fuertes. El foro sirvió y sirve como lazo entre iguales y paño de lágrimas, como una forma no digitada de organizar la protesta. Una de sus usuarias más trabajadoras, que se presenta con el “nick” Ropsicodélica, lanzó la idea que desató una catarata de adhesiones y movidas solidarias: la sugerencia de que “alguien que tenga Photoshop haga un volante para que repartamos todos” se convirtió rápidamente en una convocatoria para hacer de Once un lugar de expresión. Apareció ese “alguien con Photoshop”, hubo un veloz intercambio en busca de consenso sobre las frases que debía incluir el volante, y lo siguiente fue establecer este jueves a las 20, a una semana de la tragedia, como cita de honor.
Rápidamente surgieron decenas de chicos y chicas que pusieron el hombro y se distribuyeron zonas y tareas, se pasaron consejos para imprimir y ampliar el volante y encontraron así una manera efectiva de canalizar el dolor. “Yo reparto por Wilde y si no hay nadie más en los otros barrios del sur no tengo problemas en repartir por Bernal, Don Bosco, Quilmes, Berazategui, Lanús, Lomas, Banfield, Sarandí, Avellaneda... no sé, aunque sea iré pegando en las estaciones de trenes o por ahí”, propuso El Chiqui. “Yo me encargo de Caballito, veo si hoy llego con tiempo para fotocopiar todos lo que puedo, acá en el laburo puedo fotocopiar algunos”, aportó La Bestia Kuit. “Hurlingham es mío”, señaló Susie Q, mientras Callejera platense informaba orgullosa que “¡La Plata está cubierta!” y Salmón 79 denunciaba que “en el subte D puse algunos, pero los putos de la boletería no me dejan poner ni un volantito (dicen que no se lo permiten, pero para los quilombos sindicales está lleno de comunicados), así que puse en las escaleras”. Eclipseoculto, en tanto, propuso que “manden cadenas de mails con el volante, no creo que lo pasen por alto como a las boludeces que se mandan en cadena, porque en este caso tiene otro fin.” Y hubo una coincidencia general en que, “como la gente suele no darles bola a los que volantean”, todos los repartidores espontáneos vistieran una remera de Callejeros.
Consejos para hacer un engrudo económico, ideas para extender la convocatoria, nuevos lugares de difusión, permanentes voces de aliento (“Vamos que entre todos podemos”; “Vamooooooos, esto se va a terminar de una vez por todas”), posibles acciones legales: con un espíritu solidario emocionante, los chicos se presentan en un espacio virtual, pero parecen mirarse a los ojos, reconocerse y saber que ya no hay lugar para las viejas discusiones sobre quién es más o menos rolinga, y que en este momento sólo pueden y quieren confiar en ellos mismos. El espacio de los invisibles (el apodo refiere al tema de apertura de Sed, su disco del 2001) también sirve para dar la voz de alerta ante el oportunismo: en uno de los posts, Ville sostiene que “cuanta más gente se sume es mejor para todos, siempre y cuando no lleven banderas políticas. En la marcha de hoy (por ayer) observé que hubo problemas entre la gente. Más que nunca tenemos que estar unidos, no tenemos que pelear entre nosotros ni darle material a la gilada para que hable. El jueves vayamos organizados y evitemos problemas: luchemos por la paz y dejemos de lado la violencia”.
El debate incluye también a los medios. Para El Chiqui, “capaz con los medios llegue a más gente y sean necesarios... pero no me gustaría que esos forros, que lo único que hacen es desinformar y mostrar chicos muertos para tener un punto más de rating, participen de esta lucha”. Ropsicodélica responde: “Los medios son unos hijos de puta, sí. Pero para esto sirven como elemento. Si los vamos a usar, usémolos bien. Ya vimos lo que una buena difusión puede llegar a lograr. No digo que seamos Blumberg porque nos faltaría alcohol etílico para aclararnos el pelo, pero igual podríamos tratar de hacer el mejor uso posible. Si van a estar y cubrir lo morboso, que nos dejen usarlos para cubrir lo importante”. Señales de una masa de jóvenes profundamente doloridos pero lúcidos, que parecen dispuestos a no dejar bastardear su espacio y que, ante la brutal conciencia de su desamparo, eligieron al compañero más confiable. Mantener esa pureza de ideales será tarea difícil, pero es un buen comienzo.