ESPECTáCULOS
Dos patas del Cuarteto
Junto con Tata Cedrón, Miguel Praino es la otra pata histórica del Cuarteto Cedrón, que integra desde su surgimiento. El más nuevo en el grupo es el bandoneonista Facundo Torres, que entró en 2001, después de trabajar en la orquesta típica que Cedrón formó en Francia, y que sigue en pie. Ambos definen al Cuarteto Cedrón:
- Torres: “El Tata y Miguel son un baúl cultural, un puente enorme entre lo que yo no pude vivir y me hubiese gustado y lo que hay ahora, que es una estética que no comparto. Para mí son una fuente constante de aprendizaje. Es una pena que en la Argentina el Cuarteto no se pueda desarrollar más, que sólo circulen los referentes impuestos. No es que uno quiera acaparar todo, pero sería bueno que aunque sea se pueda elegir, que esto tenga un lugar más importante que el que tiene”.
- Praino: “Cuando éramos chicos, nosotros estábamos rodeados de sonidos muy diferentes a los de ahora. Por la ventana de tu casa escuchabas la lavandería de enfrente, el taller mecánico, el fondo no era un ruido de tránsito. Uno de esos sonidos, muy presente, era el tango. Todo eso formaba un coro. Por algo Manzi hablaba del coro de muchachas vestidas de percal: es el coro de la tragedia griega, el coro del pueblo. Humildemente, con el Cuarteto pretendemos formar parte del coro, y transmitir aquel sonido con el que crecimos”.