“Es un sueño estar aquí como embajador del deporte para estrechar aún más las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos”, dijo el astro de la NBA, Shaquille O’Neal. “Amo a Cuba y a su gente, por eso es bueno que a través del deporte se haga un acercamiento entre los dos países.” O’Neal, de 45 años, causó sensación en el centro de La Habana, donde jugó al básquet con niños y jóvenes. El deportista de 45 años se convirtió en un símbolo del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.