Jueves, 20 de mayo de 2010 | Hoy
PSICOLOGíA › “NIDITO DE AMOR, NAVIDADES FAMILIARES...”
Por Angel Rutigliano *
¿Por qué si hacemos cosas iguales
queremos obtener resultados diferentes?
Recuerdo a Fernando Peña cuando planteaba cierta crítica al casamiento gay. No era que estaba en contra de la equidad y los derechos humanos. El planteaba que los homosexuales tenían la posibilidad histórica de hacer otra cosa. No lo seducía, al genial conductor radial, copiar el modelo burgués de familia tipo, sino que se arriesgaba a pensar en algo nuevo. Los homosexuales no tenían por qué pensar en el nidito de amor, en hijos, en autos o navidades familiares; habían llegado hasta ahí con otros propósitos.
Quienes defienden el contrato matrimonial para todos están ofreciendo un infierno donde se supone un paraíso. Creo que algo de esto se ha jugado con ciertas feministas que sólo esbozaban una visión de género cuando en realidad lo que había que poner en cuestión era el modelo capitalista de producción. De producción económica y de producción de subjetividad. Desde esta perspectiva, querer ubicarse en igualdad de condiciones de un hombre explotado fue casi un acto masoquista.
Ahora que el imperio ordena según sus leyes el mundo, deja que nos ocupemos de ciertas cosas: de la matanza de ballenas, de los derechos de las minorías, de los pobres de Africa, etcétera. Los derechos humanos, así pensados, no son el fruto de triunfos obreros, sino apenas un resto con que conformarnos. Ahora, señores y señoras, hasta podemos ocuparnos de que los gay puedan casarse, heredar, adoptar hijos, etcétera. Hacer todo lo que hacen todos los heterosexuales, es decir: cumplir con todas las leyes que aseguran la reproducción del régimen capitalista.
Por otro lado, observamos que es la Iglesia quien se queja más de esta novedad que no trae nada nuevo. Entiendo que la queja no es por los homosexuales en sí, sino porque la Iglesia ha perdido terreno en esto de ser el resguardo moral del Estado. Si el Estado moderno ya no se rige por los mandamientos de la Iglesia, se supone que hay Otro que establece un límite en nuestra ética diaria. Como decía Aristóteles, en el camino hacía la felicidad. Los que eligen un partenaire del mismo sexo para convivir ahora gozaran de todos los beneficios que tiene un heterosexual en esta sociedad capitalista burguesa; es decir, podrán obtener una libreta que confirme su contrato económico.
* Psicólogo.
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