PSICOLOGíA › LA MASTURBACION COMO HERRAMIENTA EN LA TERAPIA SEXUAL
Un popular método de autoayuda
Por Juan Carlos Kusnetzoff*
El stop-start proporciona una progresiva sensibilización a las señales pre-eyaculatorias, de modo de capacitar al paciente para reconocerlas a tiempo y retardar voluntariamente el orgasmo. Consiste esencialmente en procurar un aumento de la excitación y detenerse antes de eyacular, ya sea con autoestimulación, estimulación manual realizada por la compañera o penetración vaginal.
El stop-start a solas, al mismo tiempo que permite aumentar la frecuencia eyaculatoria, es el primer paso en el reconocimiento de las sensaciones preorgásmicas y el aprendizaje de su control voluntario.
No se trata de una masturbación corriente, sino que debe contemplar los siguientes pasos.
- Imitar, con la mayor aproximación posible, la temperatura y lubricación vaginal, de modo de irse acostumbrando a las sensaciones que se experimentarán en el tercer nivel de la ejercitación (stop-start con penetración). Para ello, hay que colocar en las palmas unas gotas de aceite mineral para bebés y frotarlas fuertemente de modo que el aceite se distribuya y las manos entren en calor.
- Al comenzar la masturbación, concentrarse en las sensaciones que las caricias producen y “vigilar” el ascenso de la excitación.
- Cuando se percibe que se está llegando a un punto “peligroso”, detenerse.
- A partir de ese momento, esperar unos 20 segundos (la excitación descenderá y hasta es posible que se pierda en parte la erección).
- Recomenzar con el mismo sistema, es decir: prestar atención a las sensaciones y detenerse antes del orgasmo.
- Repetir dos o tres veces, y luego permitirse eyacular.
- En el caso de que se produzca una eyaculación indeseada, es muy importante no frustrarse y estar dispuesto a repetir el experimento hasta obtener el primer logro: suspender la estimulación a tiempo, aunque no con demasiada anticipación.
La realización de esta práctica entre una y tres veces por semana –según prescripción del profesional consultado– ayuda a instalar las señales de la fase pre-eyaculatoria en los centros cerebrales.
Cuando (por lo general, al cabo de 15 a 20 días) la eyaculación no sobrevenga tan rápida y fácilmente como de costumbre, se constatará que ha comenzado a controlar el reflejo. El profesional deberá evaluar en ese momento la conveniencia de mantener la frecuencia del ejercicio o disminuirla, y determinará el plazo aproximado (por lo general dos o tres meses) durante el cual conviene continuar la práctica, independientemente de que el consultante mantenga o no relaciones de pareja en forma simultánea.
* Fragmento de Toco y me voy. Eyaculación precoz. Cuando quien corre, pierde, de Juan Carlos Kusnetzoff, de próxima aparición (Ed. GEDISA).