SOCIEDAD
Las fracturas graves que pueden prevenirse con un simple examen
Son las ocasionadas por la osteoporosis y muchas veces no presentan síntomas. La clave es detectarlas a tiempo mediante densitometrías.
Por Pedro Lipcovich
Parece de esas cosas que pasan en los malos sueños: usted se fractura un hueso pero no le duele nada y, entonces, se fractura otro y otro hasta llegar a la quebradura que sí le dolerá y lo dejará inválido. Este mal sueño se llama osteoporosis y afecta a cien mil personas al año en la Argentina. La OMS denomina “epidemia silenciosa” a esta pérdida de densidad de los huesos, que se puede agravar durante años sin mostrar síntomas –las sucesivas fracturas de vértebras sólo se manifiestan en un andar encorvado–. Un estudio en el Hospital de Clínicas mostró que por lo menos el 67 por ciento de las personas que ya habían sufrido fracturas no recibía ningún tratamiento, lo cual los conduce a la fractura de cadera, que suele dejar secuelas invalidantes. En los hospitales porteños hay más personas internadas por esta fractura que por infartos cardíacos, y se estima que una de cada dos mujeres mayores de 50 años sufrirá en algún momento de su vida una fractura causada por osteoporosis. La clave está en diagnosticar a tiempo las “fracturas silenciosas” para empezar a tiempo el tratamiento, pero, según otro estudio, pasan desapercibidas aun a muchos especialistas en diagnóstico por imágenes.
Un estudio sobre 1388 personas, un 92 por ciento de ellas mujeres, que habían consultado en el Hospital de Clínicas de la UBA, mostró que el 67 por ciento de quienes habían sufrido fracturas por fragilidad de los huesos –síntoma evidente de osteoporosis– no recibía ningún tratamiento. El dato se incluye en un estudio dirigido por Carlos Mautalen –jefe de Osteopatías Médicas del Hospital de Clínicas de la UBA y titular del Centro de Osteopatías Médicas–, donde se estiman en cien mil las fracturas osteoporóticas que se producen cada año en el país; de ellas, entre 16.000 y 20.000 corresponden a la cadera; del resto, la mayoría a vértebras y muñeca.
¿Cómo puede ser que una fractura no dé síntomas? “Las fracturas de vértebras suelen pasar por simples dolores de espalda”, explica Zulema Man, directora del curso de osteopatías metabólicas de la Universidad Favaloro y ex presidenta de la Sociedad Argentina de Osteoporosis. En estas fracturas, no es que la vértebra se quiebre del todo sino que suele quedar aplastada en la parte delantera, lo cual hace que la persona tienda a encorvarse cada vez más, a medida que acumula fracturas silenciosas.
Aún más inquietantes son los resultados de un estudio multicéntrico que abarcó 40 países e incluyó placas radiográficas: “En el 60 por ciento de los casos, los radiólogos no detectaron fracturas vertebrales existentes”, cuenta Man, y observa que los profesionales argentinos no salieron tan mal parados: “Fallaron en detectar el 35 por ciento de las fracturas; en Estados Unidos, el error llegó al 50 por ciento de los casos; el país que mejor hizo la detección fue Suiza, con un ciento por ciento de éxito”. En definitiva, “las mujeres y, a menudo, los médicos no tienen suficiente conciencia de que la osteoporosis es un problema tan importante como puede serlo una enfermedad coronaria”.
¿Por qué es tan grave? Eduardo Kerzberg –coordinador del Programa de Osteoporosis y Fracturas de Cadera de la Nación– contesta así: “La ººfractura de cadera, consecuencia de la osteoporosis, destruye la vida normal, no sólo de la paciente sino de su familia: porque suelen ser mujeres que llevaban una vida normal, se ocupaban de cuidar a sus nietos, cumplían una función en la familia, y todo esto queda también fracturado”.
Es que, “estudios sobre grandes grupos mostraron que, cinco años después de la fractura, sólo el 5 por ciento de las pacientes pueden caminar por sí mismas. La fractura de cadera “requiere una operación, que tiene su índice de mortalidad por complicaciones, y después exige mucho tiempo de reposo y una rehabilitación que no es fácil”, explica Kerzberg.
Y el hecho es que “se trata de una patología creciente: en los dos últimos años, en los hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires hubomás internaciones por fractura de cadera que por infarto de miocardio”, señala el coordinador del Programa de Osteoporosis.
Una de cada dos mujeres mayores de 50 años sufrirá en algún momento de su vida por lo menos una fractura vinculada con la osteoporosis. Una de cada cinco mujeres que tuvieron una fractura vertebral, vuelven a fracturarse durante el año siguiente.
¿Cómo prevenirlo? Si fuera posible, “ingiriendo lácteos en la juventud –contesta Kerzberg–: el calcio que se acumula hasta los 30 años constituye la reserva que debe alcanzar hasta la vejez”. También es importante la vitamina D, que suele estar contenida en la dieta habitual pero, para activarse, “requiere que la persona, moderadamente, tome sol”.
Pero, cuando el problema ya empezó, lo esencial es diagnosticar a tiempo las fracturas silenciosas para evitar que se repitan: “La persona que tuvo una fractura vertebral tiene un 20 por ciento de riesgo de tener otra más en el plazo de un año”, sentencia la doctora Man.
El diagnóstico de pérdida de masa ósea se hace con un aparato llamado densitómetro, y debe hacérselo la mujer “si ya tuvo fracturas, o si alguno de los padres tuvo fractura de cadera, o si tomó corticoides por más de seis meses o si es gran fumadora o tuvo menopausia temprana”, enumera Man, y deplora que el Plan Médico Obligatorio (PMO), al que se atienen obras sociales y prepagos, sólo cubre densitometrías a mayores de 65 años: “Si se fracturó antes o tuvo menopausia temprana, enférmese nomás”.
Una vez diagnosticada, la osteoporosis suele medicarse con bifosfonatos; recientemente se aprobó uno que puede tomarse sólo una vez por semana.
El Programa Nacional de Osteoporosis, que funciona en el Hospital Ramos Mejía, brinda asesoramiento, diagnóstico y tratamiento gratuito: 49311178.