Los handies estaban prendidos y se oían los gritos que imploraban por una respuesta. Eran los narcos mexicanos del Cartel de León, preocupados por el súbito silencio de radio en la mansión de Ingeniero Maschwitz, donde sus cuates montaron un laboratorio para fabricar metanfetamina, aprovechando los bajos costos de su principal precursor químico: la efedrina. Había caído la policía. El allanamiento transcurrió cerca de la medianoche de ayer, mientras los químicos procesaban unos 20 kilos de la pasta como para elaborar 200 mil dosis de Ice o Crystal, estimulantes con efectos similares a la cocaína pero mucho más potentes.

“Es el primer procedimiento del país en el que se descubre un laboratorio para hacer drogas sintéticas”, señaló por la mañana el comisionado Honorio Rodríguez desde la puerta de El Rodeo, la lujosa quinta de 250 metros cuadrados con quincho y pileta incluida, comprada por el único integrante argentino de la banda, de 61 años. Los otros 9 detenidos son oriundos de la ciudad de León, provincia de Guanajuato, y tienen entre 25 y 43 años. “También se secuestraron distintos elementos para la causa”, agregó el jefe del operativo, en referencia a los precursores químicos y la maquinaria para fabricar la metanfetamina. El allanamiento fue realizado por la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de Zárate-Campana y el grupo Halcón.

En las primeras horas de la mañana de ayer, con mucha paciencia y los cuidados del caso, los agentes de la Dirección de Prevención Ecológica y Sustancias Peligrosas de la Policía Bonaerense fueron ordenando los tarros bajo el alero de la galería que da al inmenso jardín. Había bidones llenos con ácido sulfúrico, acetona, thinner, metanol, alcohol etílico y bidones vacíos de cloruro de efedrina, un estimulante que se extrae de una planta (la efedra) y que tal vez haya motivado la apertura del laboratorio narco. En la Argentina, esa sustancia cuesta entre dos y tres mil pesos el kilo, mientras que en México su precio ronda los 10.000 dólares.

Aunque en un principio, y en base a los resultados de los primeros reactivos, los investigadores dijeron haber encontrado una cocina de cocaína; luego de realizar un análisis con un cromatógrafo con detector selectivo de masa se supo que era metanfetamina. La sustancia tenía forma de cristales de distinta granulometría en colores, que van desde el ámbar al blanco transparente. El operativo incluyó tres allanamientos más, dos en San Isidro y uno en Vicente López, y para los investigadores la droga tendría como destino México o Europa e iría camuflada en suelas de zapatillas, ya que se halló una gran cantidad de ese calzado impregnado con la sustancia diluida.

La mansión casi no tenía muebles y sus diez habitaciones estaban acondicionadas para seguir los distintos procesos de fabricación de la metanfetamina. Había dos amoladoras industriales, tres anafes portátiles, seis estufas eléctricas, espátulas de metal, ventiladores, embudos plásticos de distintos tamaños y formas, una prensa y diez moldes de hierro y acero. Además, se secuestraron tres reflectores de dos piezas y portátiles de 220 voltios, 16 balanzas digitales con soporte de distinto peso, 27 ollas de acero, máscaras protectoras, tres escurridores y un horno tipo familiar acondicionado.

También había muchas garrafas de gas, acondicionadas para llenarlas con otro contenido, y con una doble llave de seguridad y manguera conectada que conducía a baldes con sustancias líquidas y cristales. Entrada la tarde, y con el recuento final de los demás allanamientos, la policía informó el decomiso de una pistola calibre 9 milímetros, documentación, tres automóviles, ocho handies y dinero (al principio se deslizó la suma de 100.000 dólares, con el correr de las horas la cifra bajó a 60 mil y 1500 pesos mexicanos, equivalente a 146 dólares). Los detenidos serán indagados por el juez federal de Campana, Federico Faggionatto Márquez.

Todavía es una incógnita la forma en que los investigadores dieron con el laboratorio, aunque, según los vecinos de este lugar ubicado a menos de 50 kilómetros de la Capital Federal, se trató de una denuncia anónima hecha por los supuestos malos olores que emanaban de la mansión. Lo cierto es que esta intromisión del Cartel de León en la Argentina había sido mencionada en el primer informe oficial, publicado hace dos semanas, del Comité Científico Asesor en Materia de Control del Tráfico Ilícito de Estupefacientes, Sustancias Psicotrópicas y Criminalidad Compleja del ministro Aníbal Fernández.

“Recientemente los Estados Unidos Mexicanos han reportado la llegada de elevadas cantidades de efedrina para elaboración de metanfetamina provenientes de la Argentina”, dice el informe, en el apartado sobre la oferta de sustancias ilegales. Este fenómeno, relacionado con la aparición del paco, “denota el despliegue de laboratorios de elaboración con precursores fuera del control oficial”.

Desde la sanción de la ley de creación del registro de precursores químicos no hubo un solo caso judicial que haya llegado, al menos, a un procesamiento. Este dato ha sido subrayado por el Comité, que propone revisar “las autoridades de aplicación a fin de evitar superposiciones de competencias y problemas de constitucionalidad”. Muchos de los precursores son de venta libre, otros tienen uso medicinal (como el éter) y supuestamente son controlados por la criticada Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).