Jueves, 31 de julio de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › INTENSA BúSQUEDA DE DOS CHICOS CUYOS PADRES FUERON ASESINADOS
Un matrimonio de José C. Paz fue muerto a hachazos y sus cuerpos fueron encontrados cerca de Campana. Tenía dos hijos, de 8 y 12 años. Sus familiares no saben nada de ellos y la policía rastrillaba la zona en su búsqueda.
Marcelo Mansilla trabajaba de playero en una estación de servicio de Petrobras en José. C. Paz. Sandra Alicia Rabago, su mujer, era ama de casa. Tenían 41 y 37, respectivamente. Ambos desaparecieron el jueves pasado y sus cuerpos sin vida fueron encontrados cinco días después por un baqueano en Campana, el primer gran descampado en las afueras del conurbano bonaerense. Los habían asesinados con un hacha. Ayer, 50 policías rastrillaban la zona ayudados por un helicóptero en busca de los dos hijos de esta pareja, dos niños de 8 y 12 años.
“No nos esperábamos esto de ninguna manera, no sabemos nada, no sabemos dónde están nuestros sobrinos, somos la única familia que tienen. No tenemos ninguna noticia, no sabemos qué hacer: a mi hermana y a mi cuñado no los vamos a recuperar, pero nos preocupamos por los nenes”, imploraba Silvia, una hermana de la mujer asesinada. Durante el día, ella y sus hermanos, Miriam y José, recibieron varios llamados para avisar sobre el supuesto paradero de los nenes (o para pedir dinero para hacerlo). En un momento, se creyó que estarían en la zona de Rincón de Milberg, partido de Tigre. “Necesitamos justicia con los padres, pero queremos que alguien nos dé un rastro de los chicos, que nos llamen”, insistía José.
Gracias al relato de los hermanos de Rabago pudieron reconstruirse las últimas horas de las víctimas. “El miércoles (un día antes de la desaparición), mi hermana y mi cuñado fueron hasta la casa del padrino a llevarle la tarjeta del cumpleaños de la nena, que se festejaba ayer (por el martes) –contó Miriam–. Estuvieron hasta las 4 de la mañana cenando, todo bien, y ésa fue la última vez que se los vio con vida.” El matrimonio volvió a su casa del barrio Frino, en José C. Paz, y a las 6.30 del jueves el auto “salió arando”, recordó José, que radicó la denuncia por “averiguación de paradero”.
El hermano de Sandra Rabago vive frente al domicilio de la pareja y le pareció raro que su cuñado, que siempre entraba a trabajar a la estación de servicio a las 5, se fuera tan tarde. “No sabíamos si iba él, los nenes, nuestra hermana, o si iba otra persona”, dijo. El auto es un Volkswagen Polo y apareció ayer por la tarde en Los Polvorines, a metros de la estación de tren de esa localidad, en la zona noroeste del conurbano bonaerense. Estaba completamente incendiado y le faltaban algunas piezas mecánicas, entre ellas el motor, por lo que se investiga si fueron robados antes del crimen por los asesinos o si fue un simple acto de pillaje. Anoche, los investigadores sometieron el vehículo a un intenso peritaje en busca de alguna otra pista.
Los cuerpos de la pareja aparecieron a 40 metros de la autopista Panamericana, a la altura de Campana, tapados con bolsas de arpillera. Habían estado ahí al menos tres días y los perros de la zona habían comenzado a carroñearlos. No fueron asesinados allí. Los peritos encontraron entre los matorrales pelos, las cintas con las que les vendaron la boca y los ojos y, en especial, un guante de trabajo color gris, a 12 metros de los cadáveres. Pero lo que les llamó la atención es que ninguno de los dos cadáveres tuviera medias ni calzado, con lo que no descartan que hayan sido sacados de su domicilio por la fuerza.
El fiscal del caso, Marcelo Pernici, allanó la casa del matrimonio y notó que Mansilla y Rabago habían guardado en valijas sus cosas y que no parecía corresponderse el nivel de vida que llevaban con los ingresos de un playero de estación de servicio. En este sentido, una de las hipótesis es que se trató de un ajuste de cuentas y que la pareja sospechaba que algo podría pasarles. Ayer, se descartó la posibilidad de un crimen pasional o de un robo por la mecánica y procedimiento del asesinato, que habría sido realizado por más de una persona.
En la morgue de General Rodríguez se determinó que Mansilla fue asesinado de dos hachazos, uno en la nuca y otro arriba de la oreja izquierda. Sandra Alicia Rabago habría recibido el hachazo en la cara y tenía una herida de arma blanca en el hígado.
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