“Llevo una mochila de cinco mil kilos que no me puedo sacar de encima.” La frase, conmovedora, fue pronunciada por un chico de 20 años, víctima de abuso sexual, en la primera audiencia del juicio oral y público contra el profesor de música Marcelo Rocca Clement, acusado de corrupción de menores. El acusado está detenido por su presunta participación en otro caso de corrupción, en el que también está imputado el psicólogo Jorge Corsi.

El joven denunciante, al momento de los hechos, tenía 12 años. Relató ante el tribunal que al imputado “le gustaban los chicos” y sostuvo que esa “predilección sexual la compartía con Leonardo Russo”, el otro coimputado en el expediente. No obstante, reconoció que con este último nunca protagonizó ningún episodio de sexo.

La víctima –cuya identidad se preserva– reconoció haber sido abusada por Rocca Clement, un amigo de su madre, durante un viaje que realizaron a Mar del Plata, entre el 15 y el 20 de octubre de 2000. Rocca Clement y Russo están sentados ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº12, acusados de “promoción de la corrupción de menores” y mientras el segundo está excarcelado, el profesor de música fue trasladado desde el penal de Marcos Paz.

Desde ayer, los camaristas Carlos Bruno, presidente del tribunal, Alfredo Rizzo Romano y José Luis Méndez Villafañe comenzaron el juicio oral en el que los imputados, en caso de ser hallados culpables, podrían llegar a ser condenados a penas que van desde los 6 a los 15 años de prisión. Pese a que, a poco de ocurridos los hechos en el año 2000, la víctima había declarado ante el entonces juez de instrucción Mariano Bergés que “no pasó nada” en sus encuentros con Rocca Clement y reiteró esa declaración en 2005, ahora dijo que contaba la verdad porque llevaba consigo “una mochila de cinco mil kilos que no me puedo sacar de encima”.

“No quiero tener nada que ver con violaciones, pedofilia ni nada que se le parezca. Cada vez que veo una noticia de ésas por televisión, tengo que apagar. No aguanto más”, explicó el joven. Y aseguró que en su momento no dijo la verdad “por miedo, por vergüenza, para no defraudar a mi mamá”.