SOCIEDAD
OVULO
Una mujer de más de 40 años tuvo una beba a partir de un óvulo que ella misma se había hecho extraer y congelar hacía muchos años. Se trata del primer bebé nacido a partir de un óvulo congelado de su propia madre. La mujer, llamada Helen Perry, es una empresaria británica que no había querido tener hijos antes para centrarse en su actividad profesional, pero, previendo la posibilidad de tenerlos en el futuro, había recurrido al Centro de Fertilidad Asistida de Midland: allí le extrajeron óvulos y los guardaron congelados hasta que la mujer y su pareja decidieron que querían tener un hijo. Gillian Lockwood, médica del Centro de Fertilidad Asistida, sostuvo ayer que “se perfeccionó un tratamiento histórico, que permite congelar óvulos de mujeres saludables para dejar sus opciones de reproducción abiertas hacia el futuro, con menos riesgos de pérdidas, partos prematuros o malformaciones” debidos a la edad. La técnica también sería aplicable a mujeres que, por padecer de cáncer, se han sometido a tratamientos de quimioterapia, que pueden dañar los ovarios de manera irreversible. La nena, llamada Emily, es la primera nacida en el Reino Unido a partir de un óvulo congelado de su propia madre; hubo un caso anterior, pero los óvulos provenían de una donante.